Coronavirus en Francia: Emmanuel Macron se reúne con el médico que dice tener la cura

Internacionales - RDN
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El presidente de Francia, Emmanuel Macron llegó este jueves a Marsella para entrevistarse con el profesor y polémico infectólogo Didier Raoult, el director general de la Fundación Méditerranée

Infection (IHU), que desde el inicio de la epidemia, asegura que la cloroquina y la azitromicina, un antibiótico, es una forma de luchar contra el coronavirus.

En medio de una fuerte confrontación con otros científicos a los que acusó de “médicos de escritorio”, Raoult va a hacer conocer el resultado de su fórmula sobre 1000 casos. Fue la primera dama, Brigitte Macron, quien alentó la visita presidencial, que fue discreta y se realizó en el despacho del profesor.

Macron partió en la tarde del jueves de Paris al puerto de Marsella, luego de que el científico rebelde diera un portazo al Consejo Científico, que asesora al jefe de Estado francés y a quien acusó de no tener una estrategia para enfrentar la pandemia. No se sabe aún si el presidente va a apoyar al profesor públicamente, cuando muchos hospitales del mundo han adoptado su protocolo o si simplemente busca mostrar que él no ignora las investigaciones científicas que se están realizando en Marsella.

Algunos consideran que esta visita al profesor Raoult es parte de las consultas que el presidente quiere hacer antes de que hable al país el próximo lunes para describir la Francia que viene, pos virus y cuál será la protección del Estado en el nuevo mundo.

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El profesor francés Didier Raoult propone un fármaco para luchar contra el coronavirus. /AFP

El profesor francés Didier Raoult propone un fármaco para luchar contra el coronavirus. /AFP

Ese día él deberá extender el confinamiento más allá del 15 de abril.Air France ha decidido suspender sus vuelos sine die, excepto escasas excepciones. como anunció la directora de la compañía este jueves. Las fronteras del país están cerradas.

Una grieta en plena crisis

El profesor Raoult representa una esperanza ante un coronavirus que hasta ahora no encuentra tratamiento. Pero su propuesta es resistida por el establishment parisino, aunque 15 hospitales franceses la están usando en su protocolo.

Ha generado una grieta entre los que lo defienden y los médicos metropolitanos que lo atacan, aun cuando no existe hasta ahora otro tratamiento que dé resultados, en una rara y brutal guerra entre el sur de Francia contra Paris y los organismos de control de autorización de tratamientos. Una batalla de egos e intereses se desató, cuando miles de personas mueren en la pandemia.

Reputado epidemiólogo, con muchos trabajos escritos, especialista en enfermedades infecciosas transmisibles, el profesor Didier Raoult es un científico diferente. Hijo de un médico militar, nacido en la colonia africana de Dakar, desde niño comenzó a estudiar la teoría de la evolución junto a su papá. Colecciona más de 3000 virus, terminó el secundario después de haberse embarcado en un barco de carga y en la facultad de Marsella se caracterizó por ser el más rebelde, el más atípico y el más inteligente. Así lo recuerdan sus compañeros. Al terminar se lanzó a la investigación de bacterias y virus.

Al mismo tiempo encarna esa división que también existe en Italia, entre los del Norte y los del Sur del país. Las relaciones entre Raoult y el Consejo Científico, que asesora al presidente francés, siempre ha sido execrable. Pero la agencia de salud de PACA, el sur del país, respeta al genio rebelde. Inmediatamente decidió adoptar su tratamiento en los hospitales a sus órdenes, incluido Christian Strossi, alcalde de Niza, y afectado por el coronavirus, que ordenó aplicarlo en toda su ciudad.

En el 2010 el profesor Raoult recibió la subvención más elevada a la investigación médica en Francia. Con ella se lanzó a un proyecto único, que es su vida hoy: la creación del Instituto Méditerranée Infection, inaugurado en el 2016. Miles de marselleses hacen fila en su instituto para ser cobayos y salvarse del virus.

Macron y el profesor van a discutir el uso de la hidroxycloroquina, esta molécula que podría frenar una mayoría de los enfermos del Covid 19. El jefe de Estado llegó a Marsella a las 4 de la tarde y el encuentro se desarrollaba en la fundación del profesor.

El profesor ha hecho dos estudios sobre la cloroquina, un medicamento originalmente contra el paludismo, que también utilizan los enfermos de lupus y con artritis reumática. Según el “prueba la eficacia de este tratamiento contra el coronavirus”.

Pero esta personalidad rebelde, con enorme reputación internacional, tiene serios adversarios en el ambiente científico y los laboratorios. Un número de científicos consideran imposible llegar a esta conclusión con la sola base de estos estudios por la forma en que son elaborados. Ellos quieren más tiempo para ser testeados, otros mecanismos y la aprobación de los organismos pertinentes. Otros no toleran la independencia de su Fundación para publicar sus resultados. Su adversario más directo es Ives Levy, el marido de la ex ministra de salud de Emmanuel Macron.

Uso controlado

Bajo presión de la enfermedad, el gobierno aceptó que se utilice la cloroquina y el antibiótico en enfermos graves, hospitalizados y bajo control médico porque puede efectos colaterales cardíacos y no puede ser usado por los que sufren psoriasis.

En el decreto del gobierno se establece que “la hidroxycloroquina en asociación con el Lopinavir/ritonavir puede ser prescrito, entregado y administrado bajo la responsabilidad de un médico a los pacientes con Covid 19”. 

Si bien el decreto no establece la dosis, el profesor Didier Rouald explicó la posología definitiva del tratamiento. Son dados 600 mg de la hidroxicloroquina cada día. Es decir 200 mg cada vez, tres veces al día, durante 10 días. A eso se suma la azitromicina en comprimidos de 250 gramos. El primer día se toman dos comprimidos de ese antibiótico, con el que se trata de frenar la neumonía bacteriana, y después uno solo por día durante 5 días, según las últimas especificaciones del profesor al diario francés Le Parisien. En cada país los comprimidos contienen diferente cantidad de miligramos.

París, corresponsal