Vélez - Peñarol, por la Copa Sudamericana, goles, resumen y resultado: empataron en un partido áspero y con varias llegadas

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Después de más de siete meses, Vélez volvió a jugar oficialmente. Y lo hizo con el estreno como entrenador de Mauricio Pellegrino, un hijo pródigo multicampeón en

los ’90, quien asumió en abril con la pandemia ya instalada tras la partida de Gabriel Heinze.

El regreso en Liniers fue con un 0-0 ante Peñarol por la ida de la segunda ronda de la Copa Sudamericana, que dejó al conjunto argentino con un sabor agrio por el resultado, porque no jugó un buen partido y porque, así y todo, tuvo la chance de ganar en el final, pero Dawson le sacó un cabezazo a Centurión en el área chica.

A semejanza de su antecesor, Pellegrino (junto a Carlos Compagnucci de ayudante, otro baluarte de la década gloriosa de Vélez) puso en la cancha a un equipo que asumió el protagonismo, con tintes europeos. De hecho, importó su esquema predilecto: el 4-2-3-1. Aunque aún le falta la dinámica del conjunto de Heinze.

Claro, ya no están Robertone ni Nico Domínguez. Será cuestión de más trabajo y más ritmo de juego con los nuevos intérpretes.

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Vélez trató de adueñarse de la pelota y de atacar lo más directo posible. Tuvo sus chances con Galdames llegando libre al área rival y con dos remates de Bouzat sin eficacia.

Luis Abram y Matias Britos, en Liniers.Foto AFP

Luis Abram y Matias Britos, en Liniers.Foto AFP

Sin embargo, también sufrió. Sin buenas coberturas defensivas, Peñarol aprovechó los espacios: Terans se lo perdió abajo del arco y un remate de Britos pegó en el palo. El partido se hizo de ida y vuelta.

Fernando Gago volvió a jugar tras nueve meses y después romperse los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda, la quinta lesión de gravedad en su carrera. A la defensa y al volante les costó hacer pie.

Peñarol lanzaba a sus extremos (Urretaviscaya y Torres), y Terans y Britos se movían por todo el frente de ataque. También Piquerez aportaba en ataque con sus trepadas por la izquierda. Así, al conjunto local se le hacía difícil tomar bien las marcas.

Y con el correr de los minutos, también bien agrupado para defender, el equipo de Rubén Paz se fue sintiendo más cómodo. En cambio, los movimientos de Vélez empezaron a ser cada vez más lentos y previsibles.​

En el arranque del segundo tiempo, la defensa de Vélez seguía perdida e indefensa. Urretaviscaya profundizó por derecha y Terans, quien había iniciado la jugada, entró como una locomotora al área rival, pero se pasó de velocidad y no llegó a impactar bien el balón, que dio en un palo.

Mauricio Pellegrino, DT de Vélez.Foto AFP

Mauricio Pellegrino, DT de Vélez.Foto AFP

Vélez necesitaba movilidad y sorpresa. Pellegrino mandó a la cancha a Ricky Álvarez y a Centurión para buscar pase filtrado con uno y dinámica y profundidad con el otro, respectivamente. Sin embargo, no lograron cambiar nada en el juego. Recién consiguió algo del vértigo buscado con el ingreso del pibe Orellano, pero no fue suficiente.

Peñarol se afirmó en la fortaleza de su línea defensiva y se aferró al cero. El empate sin goles le sentó mejor al conjunto uruguayo, lógicamente. Pero Vélez cuenta con un arma de doble filo para la revancha: el gol de visitante. Tendrá que ir a buscarlo a Montevideo el miércoles 4 de noviembre para complicar a su rival. Eso sí, antes de soñar con la clasificación a la siguiente ronda, tendrá que revisar varios aspectos de su juego.

HS