Como una rareza en una televisión en la que escasea la ficción y, mucho más la local, Argentina, tierra de amor y venganza 2 (ATAV), debutará en la pantalla de eltrece, este
Mientras que la primera parte estuvo ambientada en la década de 1930, con el foco en la oleada de inmigración europea llegando a la Argentina en busca de un futuro mejor, esta segunda temporada pega un salto histórico. Así, la trama se instala durante el final de la última dictadura militar y los primeros años de la democracia, a fines de la década de 1970 y principios de la de 1980.
Esta vez, apuntando a temas como el exilio, los desaparecidos, el surgimiento del virus del sida y el fenómeno del teatro de revistas, entre otros tópicos. El elenco es coral, ya que habrá muchas historias paralelas y conectadas entre sí.
El elenco
Los protagonistas son Federico D'Elía, Federico Amador, Justina Bustos, Juan Gil Navarro, Gloria Carrá, Malena Solda, Tato Quattordio, Toni Gelabert, Andrea Rincón, Belén Chavanne, Nacho Di Marco, Darío Barassi, Alan Daicz y Virginia Lago, entre otros.
Los nuevos personajes son los descendientes de las familias Moretti (Aldo Moretti y la Polaca, interpretados por Gonzalo Heredia y la Eugenia "China" Suárez en ATAV 1) y Salvat (Bruno Salvat y Lucia Morel, interpretados por Albert Baró y Delfina Chávez), quienes habían protagonizado la primera temporada.
Con el antecedente de la exitosa película de Santiago Mitre, Argentina, 1985, esa época de la Argentina estará nuevamente retratada en esta ficción con libros de Lily Ann Martin y Claudio Lacelli, dirección de Sebastián Pivotto y Alejandro Ibáñez y producción general de Adrián Suar. Todos los capítulos ya fueron grabados el año pasado.
Federico D'Elía, que interpreta al médico Rafael Machado, es uno de los villanos de la historia, con una ideología forjada en el Hospital Militar. "Rafael tiene una familia supuestamente perfecta, pero le pasan cosas que le suelen suceder a estos tipos, que atentan contra esa "perfección": él odia a los homosexuales y tiene un hijo gay, por ejemplo", cuenta el actor.
Además, a través de otro de sus hijos, habrá una referencia a la Guerra de Malvinas. "Y su hija, Luján, que es la luz de sus ojos, tendrá muchos problemas, entre otros, ser víctima de la violencia de género por parte de su marido", relata. "El gran desafío fue encontrarle el punto débil al personaje. En los '70 y '80, nada era políticamente correcto y desde entonces hasta ahora, todo cambió mucho".
Según D'Elía, la nueva telenovela es una lupa sobre un momento histórico, como contexto del clásico culebrón que, respondiendo al género, desarrolla varias historias de amor. "Las referencias históricas reales están mezcladas, como pinceladas, con las historias de ficción", explica. "Es un riesgo, pero está muy bueno que se esto se cuente".
El regreso a la democracia
ATAV 2 mostrará a la sociedad después del regreso a la democracia en la Argentina, con las consecuencias de lo sucedido durante la dictadura y con muchos cambios que, para algunos personajes, serán difíciles de asimilar.
Antonio (el español Toni Gelabert) interpreta a un periodista, nieto de Lucía (Delfina Chávez en ATAV1) que regresa al país, luego de varios años de exilio junto a su padre y hermano. En su vuelta, enfrentará la desaparición de su madre, Silvia (Julieta Díaz), que estaba embarazada y, por otra parte, vivirá una historia de amor con Segundo (Tato Quattordio), su amigo de la adolescencia.
Pero ese romance tendrá el veto del padre de Segundo, el personaje a cargo de D'Elía, de toda su familia y deberá enfrentar todos los prejuicios por entonces vigentes. "Trabajar en un elenco coral está buenísimo, porque te da oxígeno, el hecho de que haya muchas historias a la par permite un poco de aire dentro del drama", dice D'Elía.
Un médico adelantado a su tiempo
Por su parte, Federico Amador (que con ATAV2 vuelve a la ficción luego de cuatro años dedicado a los documentales ambientalistas), interpreta a otro médico, Francisco Alarcón. Pero este caso, es un hombre bastante adelantado a su tiempo que comienza a armar en su hospital un sector especial de cuidados para personas con HIV.
En ese momento se desconocía casi todo sobre la enfermedad y quienes lo padecían eran discriminados. El proyecto de Alarcón tiene que hacerse a escondidas del director del hospital, el villano que encarna D'Elía. Pero eso no es todo: en el mismo lugar de trabajo, Francisco conoce una médica radióloga, Luján (Belén Chavanne) hija de Rafael.
La de Francisco y Luján será una de las historias de amor de la telenovela, complicada y a escondidas de todos, porque ella está casada y sufre violencia por parte de su pareja. Para Amador, "da gusto formar parte de estas producciones y poner estos temas sobre la mesa. Por suerte, pude salir del encasillamiento y ahora me toca estar del lado de los buenos".
"La trama y sobre todo, mi personaje, toca varios temas interesantes, como el de la violencia de género o el de sida, por entonces asociado con la homosexualidad", cuenta Amador. "Pasaron 40 años desde entonces y todo cambió tanto que nos parece inconcebible tener que esconder tu gusto sexual. Sin embargo, hay mucha gente hoy que relata que por entonces, le tocó atravesar esa situación".
Tanto el sida como la violencia de género eran temáticas tabúes por entonces, algo de lo que no se hablaba públicamente, se escondía. "Mi personaje tiene otra cabeza para el común de la época, acepta a cada uno como es", detalla el actor. "Me parece importante poder mostrar eso, porque todavía queda mucho por hacer, por ejemplo con respecto al machismo y la violencia de género".
El reto de hacer una tira de época
Uno de los desafíos de hacer una telenovela de época (cualquiera sea) es la ambientación en todos los rubros. No sólo desde el vestuario y la escenografía, sino también desde el lenguaje y los hábitos cotidianos que forman parte de la historia. "Es todo un tema situarte en otro mundo, implica un gran trabajo por parte de todos. Pero también es muy divertido", dice Amador.
Y agrega: "Además, hay otros temas ríspidos y dolorosos de nuestra historia que aparecen en la trama, como el de los desaparecidos. Es interesante saber que se pueden tratar temas difíciles, aunque hoy sean otros, que se puede salir de la oscuridad. Ya pensamos de otra manera pero aún hay mucho por crecer. Creo que es una mirada de esperanza la que ofrece la novela".
Un personaje clave es el que interpreta Justina Bustos quien encarna a Ana Pérez Moretti, la nieta de Raquel “La Polaca” (China Suárez en la primera temporada de ATAV). Ana es madre soltera y conoce casualmente a los hermanos Hills, Ricardo (Darío Barassi) y Horacio (Juan Gil Navarro), que le ofrecen trabajo en un teatro de revista como vedette, a pesar de no tener experiencia.
En su nuevo ámbito, Ana conoce por casualidad a Charly Lombardo (Nacho Di Marco) con quien vivirá una intensa historia de amor. Por otra parte, descubrirá que Horacio Hills es nada menos que el sobrino de Samuel Trauman (el personaje de Fernán Mirás en la primera temporada), el antiguo cafisho que explotó a su abuela Raquel muchos años atrás.
Deseo y casualidad
"El proyecto apareció mediante amigos. En el 2021 estaba viviendo en París y en un viaje de visita a Madrid, me crucé con Agustín Sullivan que había hecho el casting para ATAV2. Cuando me comentó de qué se trataba, me despertó el interés y comenté que me interesaría hacer una participación", dice Justina.
A los cuatro meses, ya en Buenos Aires, un productor ejecutivo de Polka le proponía ser la protagonista. "No lo veía posible, ya que mi objetivo era seguir haciendo castings en el exterior. Hasta que me cuenta la historia de Anita Pérez Moretti, y no hubo vuelta atrás", describe. "Al mes y medio estaba tomando clases de baile en Buenos Aires con Valerita Narváez".
La ambientación en los '80, fue otro de los atractivos que terminaron de decidir a la actriz a embarcarse en el proyecto. "Es una época muy importante en nuestro país, marca un antes y después, Me había tocado en otras ocasiones actuar en el contexto histórico de los '80. Le tengo tanto respeto que me genera demasiada responsabilidad y me pongo muy exigente, cosa que me puede jugar en contra", admite.
Sin embargo, asegura: "Es un momento delicado, de vulnerabilidad y lucha; de un renacer y de heridas abiertas. Y Anita Moretti representa el espectáculo, el entretenimiento, lo cual me generó más confianza a la hora de interpretar".
En cuanto al regreso de una ficción nacional a la pantalla de eltrece, D'Elía dice: "Dejamos de hacer telenovela y con esta producción volvemos un poco al género. Creo que hay un público para todo y Polka es la única productora, por ahora, a pesar de que resulta costoso, que decide apostar. Me parece que hace falta una ficción que muestre nuestra cultura, que hable de nosotros, de nuestra identidad".
Las expectativas son muchas para todo el equipo: "Estoy deseoso de que funcione bien, que la gente sienta que todo se hizo con conciencia, sobre todo porque se tratan temas muy delicados. Pero estamos contentos con el resultado. Es ficción de calidad, que entretiene", asegura.
Bustos opina lo mismo: "Es muy importante, los tiempos cambian, algunas costumbres también, pero creo fuertemente en la ficción, en la novela, en la rutina que genera, en el encuentro. Elijo creer en el formato y apostar por él".
Como parte de la apuesta, la actriz cree que "Argentina necesita entretenimiento del bueno, del que te hace reflexionar, reír, enamorar, rememorar". Y recuerda: "El año pasado me iba a dormir viendo entrevistas de los '80 de China Zorrilla, viendo escenas de Esperando la carroza. Hay algo tan auténtico que creo que es muy convocante. Espero que ATAV2 llegue a los corazones como llegó al mío".
El fenómeno de las plataformas de streaming afectó directamente a las producciones televisivas tradicionales. "Todo cambió mucho, pero creo que hay que adaptarse", dice Amador. "Es adaptarse o morir. Yo estoy agradecido de tener laburo y siempre doy lo mejor de mí. Creo que siempre hay que estar abierto a lo que viene".
A su vez, D'Elía asegura: "El regreso a la pantalla chica de una ficción de producción nacional es muy importante, porque genera trabajo, no sólo para los actores y actrices que somos los menos, si no para toda la cantidad de gente que labura detrás de cámara, técnicos, del equipo de producción". Y sostiene: "De ellos hablamos cuando hablamos de ficción nacional".
WD
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