El Gobierno tomó nota del fuerte impacto de la devaluación y se lanzó de lleno a contener la ola de remarcaciones. La herramienta que eligió no es nueva: un mega acuerdo de
La meta del equipo de Massa es una carrera contra reloj. Fuentes del equipo económico reconocen que en las últimas horas hubo remarcaciones en la carne, aceites y materiales de construcción, y que el margen de acción es limitado tras la devaluación.
La mira está puesta en alimentos y bebidas, hoteles y restaurantes, ropa, materiales, calzado, bienes y servicios para el hogar, cuidado personal, medicamentos y automotriz. En este último rubro, algunas terminales frenaron la facturación el martes. Y en alimentos, creen que la pauta del 5% frente a una inflación de más del 7% y una suba de costos del 21%, es "casi congelamiento".
"Vamos a tener más de 20 reuniones, ya tuvimos varias y hoy seguimos con la industria", confirmaron fuentes de la unidad de renegociación de precios que depende de Economía y es presidida por el titular de Aduana, Guillermo Michel, el hombre apuntado el lunes por Sergio Massa para encabezar las discusiones con los empresarios.
Las negociaciones comenzaron el martes con los supermercados, mayoristas y frigoríficos exportadores. Ante las subas en la carne de hasta el 25% en el mercado de Liniers, las autoridades anunciaron el cierre de exportaciones de la carne para luego dar marcha atrás. También hubo tironeos con un despacho de leche en polvo al exterior de La Serenísima.
Este miércoles, las conversaciones continuarán con las fabricantes de alimentos, empresas lácteas y la industria plástica, a las que le seguirán otros rubros, como las compañías petroleras y energéticas. Ese capítulo, a cargo de la secretaria de Energía, Flavia Royón, arrancó movido: Raízen, la licenciataria de Shell, marcó la cancha el martes a la noche con una suba del 12,5% en sus combustibles.
Sin anclas a mano, como el tipo de cambio o las tarifas, la intención es topear los aumentos para evitar un traslado del salto del dólar oficial del 21%, que llevó este martes el blue a $ 730 y disparó remarcaciones. El primer paso fue la renovación del programa Precios Justos, que se anunció el martes con subas del 5% mensual por 90 días, en línea el dólar oficial fijo a $ 350 hasta octubre.
La pauta representa casi la mitad de la inflación que barajan en algunos despachos, del 10% en agosto y cerca del 20% en septiembre. Algunas consultoras proyectan más de un 150% anual o más en diciembre. Para evitar ese escenario antes de las elecciones de octubre, el Gobierno ofrece ahora beneficios impositivos, además del restringido acceso a los dólares oficiales.
Michel ganó una influencia creciente: fue el cerebro detrás de la "devaluación fiscal", las actualizaciones del piso de Ganancias y el sistema de control de importaciones SIRA. Ahora, pasó a ocupar un rol clave en la política de precios, una tarea de la que antes se encargaba principalmente el secretario de Comercio, Matías Tombolini.
Su misión es coordinar con el titular de AFIP, Carlos Castagneto, el nuevo esquema de "zanahorias". La idea es que las compañías puedan acceder a un descuento o mejora de hasta el 6% en total, entre el impuesto País, derechos a las exportaciones, contribuciones patronales y la exclusión del pago de IVA y Ganancias para importaciones. "Se ve por sector y empresa", afirman.
"Desde la nueva unidad iniciamos renegociaciones con todos los sectores y estamos renovando acuerdos vigentes con incrementos del 5% por 90 días, también queremos informar teniendo en cuenta la variación del dólar, que somos conscientes y para no afectar la mesa de los argentinos estamos estableciendo mecanismos de alivio fiscal", señaló Michel.
En ese marco, la otra pieza del nuevo esquema, el viceministro Gabriel Rubinstein, apuntó sobre los márgenes privados.
NE
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