Una pista del futuro sin Messi

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Estamos entremedio de la fecha FIFA. Sé que la mayoría de mis amigos –e intuyo también que la gente en general– piensa que estos partidos son un embole, contra rivales menores,

solo para cumplir compromisos comerciales (aunque la Argentina campeona del mundo, con Messi, tiene todo para convertirse en una máquina de facturar aún mucho mayor). En especial, el desinterés se da, precisamente, porque no juega Messi. Pero a mí, bicho raro tal vez, es esa ausencia lo que más me interesa. Aun sin Dybala (¡otra vez lesionado!) el partido de ayer contra El Salvador, y el del martes contra Costa Rica pueden darnos una pista del futuro, del futuro sin Messi, algo que, obviamente, pronto va a ocurrir (¿después de la Copa América? ¿Llega hasta el Mundial? ¿Y Scaloni? ¿Se va también después de la Copa América o sigue? Demasiados enigmas…). Messi, como Maradona, es imposible de reemplazar. Diego jugó cuatro mundiales, llegó a dos finales. Messi jugó de titular también cuatro mundiales (el de 2006 Pekerman lo desperdició) y también llegó a dos finales. Cuando Maradona parecía que se había retirado de la Selección, el ciclo sin él arrancó bien: con Basile se ganaron las copas América 91 y 93, pero después el equipo se vino abajo, y tuvieron que llamarlo de urgencia para el 94. El final, tristísimo, ya lo conocemos. ¿Cómo se reemplazará a Messi? Un chiquitín de esa respuesta se da en estos dos partidos intrascendentes, por eso me interesan. Cuando llegue ese futuro, ¿se buscará un reemplazo puesto por puesto? Digamos, ¿Dybala u otro de titular, jugando “de Messi”? ¿O se buscará darle una nueva forma táctica al equipo, que sea el sistema el que reemplace al jugador? Después de la Copa América se retira también Di María, que luego de lesiones y fracasos, terminó siendo clave, haciendo goles en las finales de la Copa América en Brasil y en el Mundial de Qatar. ¿Cómo se lo va a reemplazar? Fecha a fecha, Messi juega en un campeonato con el nivel poco más que un intercountry, solo que con mucha más guita y con otro nombre (MLS). ¿Estará todavía en condiciones de agarrar ritmo para el primer nivel? Muchas preguntas para estos partidos que no dan respuestas, pero sí algunas primeras pistas.

Mencioné recién la palabra “respuesta”, y hacia allí voy, cambiando totalmente de tema. Es solo para responderle a S.D., atento lector que me escribió a partir de mi nota del sábado pasado, en la que elogiaba al medio campo como idea, como concepto, como motor intelectual de un equipo. Pues S.D. me preguntaba cuál era mi medio campo favorito. Es una pregunta difícil, pero podría empezar con el Independiente del 84: Giusti, Marangoni, Burruchaga y Bochini. En esos cuatro nombres se encierra mucho de lo que pienso que es un medio campo. Luego el del Boca de Bianchi: Basualdo, Serna, Cagna, Riquelme, que era todavía un pibe, pero que todos (empezando por él mismo) ya sabíamos que era crack. Tengo un matiz con, quizás, uno de los más famosos de la historia de River y del futbol: J.J. López, Merlo y Alonso. El matiz reside en que, para mí, el crack ahí era Jota Jota. Pero ya no tengo espacio para argumentar, quedará para otra vez.

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