Para agilizar el trabajo se dispuso de una retroexcavadora con pala mecánica. Además, tuvieron participación clave el arqueólogo forense del MPF, encargado de coordinar las tareas, y una especialista en búsqueda
con perros, dependiente de la división de Bomberos de la Policía. Precisamente el can fue quien alertó a los pesquisas en medio de la búsqueda, guiándolos hasta el lugar donde se encontró el cadáver junto a una frazada.