De acuerdo a su relato, el abogado le prestó plata y, como forma de tener una garantía de pago, le pidió la escritura de su departamento. Para su sorpresa, la titularidad
de ese dos ambientes ubicado en el barrio de San Cristóbal, en el que vive, fue cambiada luego de una firma que puso creyendo que era algo relacionado a la demanda.