Esa imprecisión termina en una situación tan absurda como repetida en la que, por ejemplo, una persona que es buscada en la Ciudad de Buenos Aires, es detenida en el Conurbano
por otro delito, cargan mal sus datos y, en el mejor de los casos, la Policía lo sigue buscando. En el peor, lo liberan sin que nadie se entere que estuvo preso.