Donde se prueba mejor la falacia es en los documentales sobre bandas de rock, uno de los géneros más trillados y propensos al cliché. Cualquiera puede hacerlo: cinco muchachitos que se
reúnen a tocar rock, conocen lugares de mala muerte, la diosa fortuna golpea a su puerta, un éxito recorre las radios, suben todos los peldaños, llegan a la cúspide y tienen problemas. De ahí en más, bajan la cumbre, la recuperan, hay drogas, puede haber muertes o no, llega la madurez y el conformismo… o la separación. ¿Fácil, no? No.