“Sí hay dinero, pero no en los bancos”, dijo Pérez, quien consideró que el efectivo no está en manos de los asalariados, sino en las de varios actores económicos particulares como
los pequeños o medianos empresarios que reciben ese dinero por transacciones, pero deciden no entregarlo al banco por desconfianza de que puedan luego sacarlos o para convertirlos en dólares lo más rápido posible antes de que se deprecien.