Una "mancha de hidrocarburos" se mueve frente al glaciar Perito Moreno y desata una polémica ambiental en El Calafate

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Sus cinco kilómetros de frente helado, sus murallas de 60 metros de alto, el azul de sus sumideros y la posibilidad de ser caminado lo blindan como destino ineludible. Alli siguen

queriendo ir prácticamente todos, a pesar de que el costo promedio de cualquier excursión da vueltas alrededor de los cien dólares. Pero la mole blanca está amenazada. Por el turismo masivo, por las prácticas industriales, por el progreso. Una mancha de aceite o de combustible, una sombra que ondula sobre la superficie del agua, toca su perfil de hielo en retroceso y ha desatado una controversia ambiental entre vecinos, empresarios y autoridades públicas. La pregunta que cabe es: ¿Cuánto somos capaces de cuidar un activo de naturaleza y no sacrificarlo en pos de un negocio suculento? ¿Dónde reside el punto de equilibrio?