Por Julio Molisano| Siguiendo los paso de Elida Cuesta, Carmen Delgado, diputada por el espacio de JuntoxCambio y presidente de la Cámara de Diputados del Chaco continúa el raid de gastos, sobre todo en prensa radial y en dos firmas que en lo que va del año se estarían embolsillando más de 20 millones de pesos del presupuesto legislativo, una locura de guita que hace falta en distintos ministerios para cubrir gastos de necesidad y urgencia para la atención de la comunidad, sin ir más lejos hace un poco más de una semana falleció una persona porque no fue atendido en la guardia del hospital de Quitilipi, no había nadie y las puertas estaban cerradas, ni siquiera le proporcionaron la ambulancia para el trasladarlo a la localidad Sáenz Peña, finalmente el paciente falleció por el abandono y la desidia, la gestión de Leandro Zdero no tiene programa de salud pública, pero eso poco importa para disponer de los recursos del estado como si fuera propios, no le dan valor al dinero público, ese que es de propiedad de todos los chaqueños y que debería invertirse en educación, salud y seguridad, tal es así que el dos de abril se cumplieron cinco meses que violaron a una menor en el paraje “Tres Pozos” del Departamento Güemes, no hay ningún detenido y nadie investigo absolutamente nada y luego tenemos que soportar discursos kilométrico el día de la mujer, no hay prioridad ni sensatez en la administración del presupuesto en la provincia más pobre del Norte Argentino, tiran manteca al techo con el hambre y la necesidad de los vulnerables.

"Tirar manteca al techo"

Una frase que surgió a mediados del siglo XX, cuando los argentinos acaudalados viajaban a Europa de vacaciones por varios meses. Fue en esa época cuando el argentino Martín Máximo Alzaga Unzué y sus amigos jugaban a "embocar manteca" en el techo de los bares de París.

Los jóvenes de la alta sociedad argentina adoptaron esta costumbre en nuestro país hasta que la volvieron popular en los bares y restaurantes de Buenos Aires. Sin embargo, era un juego que sólo practicaban "los niños bien", porque eran quienes podían pagar la cuenta, por lo que la frase se comenzó a utilizar para referirse a las personas que poseen mucho dinero y les sobra tanto como para derrochar comida, la comida que hoy hace falta en los comedores comunitarios y los merenderos de la periferia de la Capital Chaqueña y del interior de la provincia.