El régimen de Nicolás Maduro y la oposición se preparan para el diálogo en México: qué se discute

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Las valijas están listas para embarcar a México. Las delegaciones del régimen de Nicolás Maduro y de la oposición encabezada por Juan Guaidó calientan los

motores para viajar este viernes a la capital azteca, donde iniciarán la primera ronda de conversaciones para negociar un acuerdo de resolución al conflicto que padece Venezuela bajo la mediación de Noruega.

Las delegaciones discutirán en la Ciudad de México durante siete o diez días con el propósito de concretar los puntos de mayor consenso para poder avanzar en la negociación.

Luego regresarán a Caracas para las consultas respectivas y definir las estrategias, y así volver a la siguiente ronda.

Los nombres

El jefe de la delegación opositora es el ex alcalde de Baruta y abogado Gerardo Blyde, y por la parte internacional el embajador en Washington, Carlos Vecchio.

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El líder opositor venezolano Juan Guaidó, en una rueda de prensa en mayo pasado. EFE

El líder opositor venezolano Juan Guaidó, en una rueda de prensa en mayo pasado. EFE

Los integrantes por los partidos de la coalición de la oposición de Guaidó son Tomás Guanipa y Stalin González de Primero Justicia - el partido de Henrique Capriles-, Luis Aquiles Moreno de Acción Democrática y Mariela Magallanes de Voluntad Popular -la agrupación de Guaidó y Leopoldo López-, entre otros.

Por el lado oficialista, el jefe de la delegación es Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional chavista. La integran su hermana Delcy Rodríguez, vicepresidente del gobierno y el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez. También se incorporó a Nicolás Maduro Guerra, alias “Nicolasito”, hijo del mandatario.

La inclusión a última hora de “Nicolasito” en la delegación chavista se debe a que reportará las incidencias del proceso directamente a su padre en vista de la desconfianza que tendría el mandatario hacia los hermanos Rodríguez, dijeron a Clarín fuentes extraoficiales.

Según la Constitución venezolana y por la cadena de mando, tanto Delcy como su hermano Jorge Rodríguez han alcanzado gran poder en el régimen porque serían los sucesores de Maduro en caso de destitución, muerte o abandono del cargo antes de cumplir su mandato de facto en 2024.

Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente de Venezuela, será parte del diálogo en México. Foto: EFE

Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente de Venezuela, será parte del diálogo en México. Foto: EFE

¿Miedo a la traición?

El temor a una traición por parte de sus aliados más cercanos ha acrecentado su paranoia. Maduro se siente acorralado y ya no aparece en público ni se atreve a salir a la calle, solo habla por twitter y la televisora oficial VTV.

Su ausencia ha sido notoria en los recientes actos patrios como el Bicentenario de la Batalla de Carabobo del 24 de junio, el Día de la Independencia del 5 de julio, el natalicio del Libertador Simón Bolívar del 24 de julio, el aniversario del nacimiento de Hugo Chávez el 28 de julio, el aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana el 4 de agosto.

Los países invitados para participar como acompañantes y garantes del proceso de negociación son Argentina, Francia, Holanda, Rusia y Estados Unidos, entre otros.

Los venezolanos han negociado en diferentes oportunidades siempre con resultados fallidos como se ha registrado en Barbados en 2017, Oslo y República Dominicana en 2019. Maduro ha utilizado los anteriores diálogos para ganar tiempo a expensas de la oposición.

Esta vez España no participará en las reuniones de México, que según los analistas significa una derrota para el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, por haber apoyado a los diputados de la denominada “mesita”, integrada por “los alacranes” opositores, que se han vendido al régimen de Maduro.

Los miembros de la “mesita” no fueron incluidos entre los delegados, lo que es un revés para Maduro, que había anunciado que participarían en México todas las “oposiciones”.

Los temas en juego

Según Maduro, los delegados chavistas llevan siete puntos en su agenda para discutir en la mesa de México.

Piden suspender todas las sanciones impuestas a los miembros del régimen; devolver los activos de Venezuela en el exterior como las empresas Citgo en EE.UU., Monómeros en Colombia y el oro en Reino Unido; reconocimiento del gobierno de Maduro; renunciar a la violencia e intentos de magnicidio, entre otros.

Las condiciones que plantea la oposición de Guaidó son elecciones libres y justas con un cronograma electoral de las presidenciales, parlamentarias y regionales; acuerdo de ayuda humanitaria, vacunas y plan de vacunación contra el Covid-19, liberación de los 270 presos políticos, restablecimiento de los partidos proscritos por el régimen, habilitación de los políticos opositores, entre otros.

Maduro ha prometido que el proceso será “duro y severo” para intimidar a sus interlocutores.

La vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, entre los negociadores que dialogarán con la oposición. Foto: AFP

La vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, entre los negociadores que dialogarán con la oposición. Foto: AFP

Mientras que para Guaidó el Acuerdo de Salvación Nacional que ha impulsado desde febrero marca la diferencia frente a otros procesos de negociación.

“Hoy contamos con el apoyo determinado de la comunidad internacional. Nuestro objetivo es recuperar la democracia con elecciones libres y justas”, aseguró el líder opositor.

La supervivencia de Maduro

Este nuevo diálogo en México podría ser la tabla de salvación financiera de Maduro si se eliminaran las sanciones, cuyo dueño principal son los Estados Unidos y en segundo término la Comunidad Europea.

Pero Washington ya dijo que no suspenderá las sanciones si no hay cumplimiento del acuerdo con Guaidó. La gradualidad y los acuerdos parciales también están contemplados en la negociación.

El régimen de Maduro ha fracasado en su intento de reactivar la economía nacional, la industria petrolera y llamar las inversiones extranjeras. “Nadie quiere invertir en Venezuela” por las sanciones, asegura el ex ministro de Petróleo y de PDVSA, Rafael Ramírez.

La producción petrolera venezolana ha caído de 3,3 millones a 500.000 barriles diarios en los 22 años que lleva en el poder el chavismo. Las petroleras francesa Total y la noruega Equinor abandonaron sus negocios en el país caribeño hace dos semanas porque no pueden seguir asumiendo pérdidas.

Maduro ha recurrido a sus socios rusos y chinos para que inviertan en el país. Necesita más de 65.000 millones de dólares para reactivar los yacimientos petrolíferos pero Rusia solo les vende armas mientras que China recela y no está dispuesta a dar más créditos frescos sino vender su mercadería y manufactura “Made in China”.

Caracas, especial para Clarín

CB​