El Papa Francisco dio este jueves en Cascais, Portugal, la última pincelada al mural de más de 3,5 km que realizaron jóvenes y ancianos de distintos estratos sociales, nacionalidades condición
“A veces en la vida hay que ensuciarse las manos para no ensuciar el corazón”, dijo Francisco en la ocasión al exhortar al compromiso en la construcción de la sociedad a los jóvenes que lo escuchaban en la sede local de la fundación pontificia Scholas Ocurrentes, promotora de la iniciativa.
El mural, inscripto en el proyecto “Vida entre Mundos”, fue desplegado en las calles por donde pasó el pontífice tras arribar de Lisboa, donde participa hasta el domingo de la Jornada Mundial de la Juventud, que congrega a cientos de miles de jóvenes de todo el mundo.
“Agradecemos muchísimo al Papa y a los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud por el esfuerzo de venir a visitarnos a Cascais y compartir esta experiencia educativa que nos está cambiando la vida”, dijo el presidente de Scholas, José Del Corral.
De la creación del mural, participaron 100 organizaciones de la comunidad de Cascais, en total unas 2000 personas que en grupos de 5 a 10 crearon de manera colectiva 300 murales que fueron reunidos en una única obra.
