"Esta crisis nos enseña que hay que invertir en los sistemas de Salud y no recortar gastos"

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“El coronovirus no nos vencerá”, dijo la reina Isabel, en un discurso desafiante, con su espírutu de la Segunda Guerra Mundial. Pero tendrá un impacto por décadas. La humanidad sobrevivirá pero

el virus está tomando el volumen de que aniquilará a una generación, la de ella. La economía sanitaria se va a imponer sobre el dogmatismo de los límites del déficit fiscal, las tasas esperadas del crecimiento, el PBI y los dividendos de los accionistas. La defensa de la vida antes que las ganancias será el nuevo lema. Una economía se sumerge y otra nace: la de la economía sanitaria global y la autonomía nacional para sostenerla a ella y a sus suministros. El mundo cambiará para siempre, sector por sector. Una retirada de la globalización, la resurrección de los estados-nación, fronteras cerradas como antes en la UE, grupos de los países del sur reclamando un Plan Marshall, al que se oponen los neoliberales países del norte, como Alemania y Holanda. Decisiones que tardan años en adoptarse decididas en horas. Poderes autócratas que se adoptan sin debate. Nunca ha habido una pandemia como el coronavirus en una edad globalizada, con los países y las grandes potencias sin preparación para enfrentarlas.

La pandemia destrozó la espina dorsal de la globalización y un mundo menos próspero, menos abierto, menos libre se acerca. El FMI deberá emitir derechos de giro a todos los países afectados por la pandemia, aun cuando no correspondan porque son países endeudados. Un nuevo concepto prevalece: la economía sanitaria.

 Es la nueva economía que crece, se fortalece y se consolida al ritmo de la pandemia ante el asombro de los economistas. Los especialistas ya no son expertos en mercados emergentes sino sanitaristas e investigadores de salud. Grandes voces de los hospitales más prestigiosos del mundo que analizan, estudian, comparan la salud global, sus requerimientos y recomiendan para evitar que el virus produzca más muertes y un día, la otra economía pueda volver a crecer, probablemente bajo otro diseño y otras prioridades.

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La doctora Helena Legido Quigley es investigadora médica de la London School of Hygiene and Tropical Medicine de Londres, la más prestigiosa de las instituciones especializadas en medicina tropical. Profesora asociada en la Saw Swee Hock School of Public Health en Singapur, es una especialista en la arquitectura de la salud global y en el sud este de Asia, donde se inició el virus. Conoce los efectos de las crisis financieras y la austeridad en los sistemas de salud, en la integración de servicios y como la salud debe aproximarse a la resistencia microbiana. Sus trabajos son publicados regularmente en The Lancet y British Medical Journal, dos de las más prestigiosos revistas para académicos de la medicina, además de The Economist y The Times. Tiene una gran experiencia en los cuidados de salud de poblaciones migrantes y refugiados en Africa y Asia, vulnerables en extremo ante esta epidemia. Quigley es la voz del nuevo mundo que comenzó a crecer a ritmo de la pandemia. Así fue su conversación con Clarín.

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¿Por qué se transformó en una pandemia mundial el Covid-19 y casi ningún Estado la vio llegar?

Sí, efectivamente la mayoría de los países han tardado en reaccionar. Pero también es cierto que los países asiáticos, y yo trabajo ahí también en la Universidad de Singapur, se adelantaron y han sabido planear con mejor antelación. Ese sería el caso, por ejemplo, de Singapur, Hong Kong o Corea del Sur. Esto es porque ellos ya pasaron por el SARS y el MERS y estaban tan preocupados que ya tenían algunos planes especiales para poder reaccionar. Usted es profesora de la London School of Hygiene and Tropical Medicine de Londres, probablemente uno de los hospitales más importantes en el mundo en medicina tropical.

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A su criterio, ¿Usted cree que puede haber una segunda ola de contagios de este virus?

Hay dos tipos de olas, lo que hablamos nosotros los especialistas: la primera es la que está pasando ahora, muy preocupante, en Asia. Esto sería lo que está pasando en Singapur, lo que está pasando en Japón, cuando pensábamos que esos países ya la tenían controlada y están habiendo rebrotes, por diferentes razones. Parece que es muy difícil, incluso en países que están muy bien organizados, poder controlar las infecciones en la comunidad. Y el segundo interrogante -y muy preocupante e importante para los demás países- es ¿Qué puede pasar una vez que hagamos una apertura de las medidas de confinación? En este caso, el único ejemplo que tenemos es Wuhan. Hemos visto que en algunas ciudades chinas empiezan a haber más casos y han tenido que cerrar. Pero esto es fundamental para todos los demás países. ¿Cómo nos preparamos para que no haya una segunda ola?

¿Cuáles son las diferencias en el tratamiento de la pandemia entre los sistemas sanitarios de Europa, por un lado, y de Asia, especialmente Singapur?

La principal diferencia fue la planificación. Para poner un ejemplo, el primer caso que hubo en Singapur fue el 23 de enero. El 22 de enero, un día antes, ya estaban todos los Ministros reunidos para tener una planificación y para tener todos los protocolos. También, por ejemplo, en Singapur, tienen un hospital especializado para este tipo de pacientes infecciosos. También tenían stock, muy importante, durante 3 meses y daban 4 máscaras a todas las familias. Un aspecto también muy importante ha sido la posibilidad de hacer un test y un continuado y detenido seguimiento de las personas infectadas. Eso es fundamental y en Europa no se ha llegado a hacer. Para dar un ejemplo. En Singapur cada persona que estaba infectada les hacían un seguimiento de 14 días de todas las personas con las que había estado en contacto y a todas se les hacía el test. Así es como consiguieron que no se llevase a la comunidad. Cosa que no hemos conseguido en Europa.

¿Qué es lo que ha revelado la pandemia en términos económicos y sanitarios? ¿La globalización de alguna manera abandonó la economía sanitaria y la salud de la población a favor de mayores ganancias?

Efectivamente, completamente de acuerdo. Aquí en Londres unas de las áreas de investigación son qué impacto tuvieron las medidas de austeridad en los sistemas de salud. Lo hemos vivido muy de cerca, particularmente en España. Ocho años de medidas de austeridad han supuesto que los sistemas de salud no han estado en absoluto preparados para poder combatir esta epidemia. El personal de la salud está muy preocupado. Tenemos una media de la Unión Europea de médicos, no tenemos suficientes terapia intensiva y esto es que se ha abandonado un poco. En la época de la crisis financiera no se invirtió lo suficiente en sanidad. Creo que para un futuro tendremos que aprender y no volver a recortar, cuando en épocas de crisis, incluso, se necesita aportar más financiación.

¿Hoy estamos frente a una situación que si no se invierte en los hospitales, no habrá forma de recuperarse de esta crisis?

Sí. Yo estoy haciendo una investigación con profesionales de la salud en España. En diferentes regiones, en Madrid, en Barcelona, que es donde han estado más afectados. Las historias que cuentan son difíciles de digerir. Todos los problemas que están teniendo por falta de material, no se les está haciendo test, no hay suficiente capacidad de camas. En un futuro vamos a tener que invertir muchísimo más en preparar nuestros hospitales para estas posibles situaciones. Pero también para poder tratar a los demás pacientes, que se los está dejando de lado.

¿Cómo se sale de la cuarentena para que la economía no colapse y la gente no se contagie? ¿Hay que testear a todo el mundo?

El tema del testing, como ya lo dijo el Director de la OMS, es muy importante. Hacer el test y en países donde no se puede, al menos hay que priorizar y hay que hacer el test a los profesionales de la salud. No nos podemos permitir tener tantos profesionales de la salud infectados. Por ejemplo, en España tenemos 25 mil, que es un dato muy preocupante. Entonces es hacer un test masivo y si no se puede, a los profesionales de la salud y a los grupos de riesgo o los que hay sospecha de contagio. También podemos empezar a hacer estudios de prevalencia, con una muestra aleatoria para empezar a saber qué número de infectados tenemos en el país o donde hagamos el estudio.

¿Cuáles van a ser los criterios sanitarios, políticos y financieros después de la pandemia? ¿Cree que el FMI y la OMS deben trabajar juntos para una salida común y obligatoria para los Estados?

Creo que esta crisis lo que está demostrando es que realmente el mundo está cambiando. Vamos a tener que pensar muy concienzudamente cómo valoramos nuestro sistema de salud y cómo invertimos y lo mismo con las organizaciones internacionales. La OMS no ha estado financiada suficientemente en el pasado. Y sí que es verdad que el Banco Mundial y el FMI también tienen un papel muy importante aquí. Y aquí una recomendación que a mí me gustaría hacer: es cierto que van a dar programas de un trillón de dólares, préstamos y 160 billones el Banco Mundial. Pero también sería muy importante que estas instituciones también invirtiesen en Salud Pública, además de la OMS. Así que estoy muy de acuerdo en que tienen que trabajar conjuntamente.

¿Cómo cuidar a los refugiados que están llegando a través del Canal de la Mancha? ¿Cómo es hoy la situación para ellos porque nadie los recoge o esperan en barcos y ningún puerto se abre para ellos?

Esa también es otra área de investigación en las que trabajo. Han sido los grandes olvidados del Covid 19. De hecho, yo tengo un periódico donde soy editora. Estoy haciendo una investigación especial porque no tenemos suficiente evidencia. Lo que sabemos es que las fronteras se han cerrado y dificultan mucho su movimiento, que las operaciones de rescate se han suspendido en el mar. Con lo cual también es muy preocupante. Otros dos aspectos que también me gustaría mencionar son: muchos de estos inmigrantes refugiados viven en nuestros países y ahora no tienen acceso a la sanidad, que es muy importante. Y el último aspecto es que tenemos que mirar muy bien los campos de refugiados porque también se están empezando a dar muchas infecciones, porque viven en condiciones muy difíciles. Así que también tenemos que prestar atención a eso.