Coronavirus: ¿por qué la OMS no puede contener la pandemia?

Internacionales
Lectura

Si bien todavía no es posible contar la historia final de la pandemia de coronavirus ​de 2020, es inevitable que el papel de la Organización Mundial de la Salud

(OMS) tendrá un capítulo.

Al igual que en otras crisis sanitarias, el organismo ha recurrido a lo que históricamente ha hecho: recolectar y dar información, emitir alertas y hacer recomendaciones y, por sobre todo, intentar coordinar esfuerzos globales.

El director general de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha aparecido constantemente en los medios a lo largo de los últimos meses, insistiendo en las medidas que hay que tomar para evitar la propagación del virus. El uso del término "pandemia" para describir el brote de coronavirus, de hecho, no se usó hasta que la organización declaró que la situación lo ameritaba.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, criticó a la OMS y le retiró fondos que el país aportaba. DPA

El presidente de EE.UU., Donald Trump, criticó a la OMS y le retiró fondos que el país aportaba. DPA

BANER MTV 1

Pero las recientes críticas del presidente de Estados Unidos,Donald Trump (sumado a su decisión de cortarle el financiamiento), es un ejemplo cabal de cómo los organismos de cooperación global son prisioneros de la dinámica geopolítica actual.

Sin poder real ni recursos, la OMS siempre dependió de la diplomacia para lograr que los países siguiesen sus recomendaciones. En ese sentido, se podría decir que el organismo es una víctima más de la caída del consenso de cooperación global establecido tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.

En una era de tribalismos y fronteras en dónde la palabra soberanía volvió a tener un peso crucial, la tarea de articular una respuesta mundial está sobrecargada de obstáculos extras.

A pesar de las recomendaciones claras de la OMA respecto a cuáles son las medidas adecuadas para combatir la expansión del coronavirus, países como Brasil, Estados Unidos y el Reino Unido​ evitaron en un principio adoptarlas. En algunos casos, han inclusive desacreditado la información dada por el organismo.

Pero las críticas a la OMS no provienen sólo de regímenes nacionalistas antiglobalización. Desde el momento en que se reportaron los primeros casos de coronavirus en China, el organismo evitó siempre confrontar con Beijing a pesar de que existían informaciones de todo tipo de que el país había buscado esconder el brote. La OMS buscó siempre convencer al gobierno de Xi Jinping acerca de la conveniencia de colaborar.

Qué es el CoronavirusCómo se contagia y cómo son sus síntomas

Mirá el especial

A esto hay que sumarle las alabanzas que hizo de las medidas de cuarentena que llevó adelante China, lo que hizo que gobiernos, universidades y ONGs la acusaran de no defender el orden liberal de libertades individuales.

“Todas las reglas previas que seguíamos respecto a las normas globales, la salud pública y lo que esperábamos que se hiciese cuando apareciera un brote se han derrumbado", declaró recientemente al diario inglés The Guardian Lawrence Gostin, director del Centro de Colaboración de la OMS sobre Leyes de Salud Nacionales y Globales. "Ninguno de nosotros sabe adonde nos lleva esto".

Un mundo que ya no existe

La Organización Mundial de la Salud fue creada en 1948 como una agencia especializada de las Naciones Unidas. Si bien ya había habido iniciativas para combatir enfermedades e infecciones globales (existían, por ejemplo, protocolos consensuados para tratar el cólera y la fiebre amarilla), la OMS nació con el ambicioso objetivo de "lograr que todas las personas consigan los mayores niveles posibles de salud".

La campaña más reconocida de la historia de la OMS fue su trabajo para lograr la erradicación de la viruela. En la década del 50, aún morían alrededor de 2 millones de personas anualmente en el mundo por la enfermedad.

Una campaña de vacunación contra la viruela en Estados Unidos en la década del 40. El rol de la OMS fue crucial para erradicar la enfermedad. / AP

Una campaña de vacunación contra la viruela en Estados Unidos en la década del 40. El rol de la OMS fue crucial para erradicar la enfermedad. / AP

Fue en 1958 que se anunció de forma oficial que empezaría a trabajar en ese sentido. Una de sus primeras medidas fue lograr que la Unión Soviética fabricase 25 millones de vacunas, que luego la OMS repartiría. Consciente de que no podía dejar que Moscú se llevara un logro así en plena Guerra Fría, Estados Unidos también empezó a contribuir al fondo de vacunación contra la viruela.

Para fines de los 60, todos los países miembros de la ONU le enviaban informes mensuales a la OMS donde detallaban cómo progresaban sus esfuerzos contra la viruela. En 1979, la OMS declaró que la viruela había sido oficialmente erradicada.

Fue la primera vez en la historia que se lograba erradicar una enfermedad gracias al esfuerzo humano. Y si bien el organismo no creó las vacunas ni invirtió la mayor cantidad de dinero, su trabajo diplomático y organizativo fue crucial e indispensable para lograr el objetivo.

Los días en que la OMS se ponía al frente de una situación y lideraba los esfuerzos mundiales parecen noticias de un mundo de la era antigua. Su función actual de monitorear el mundo en busca de enfermedades nuevas o brotes potencialmente globales, como el ébola, se consolidó en las últimas décadas debido a lo sucedido durante la última parte del siglo XX.

La OMS perdió dinamismo en parte porque muchas de las enfermedades con las que lidió en sus orígenes estaban mayormente controladas, desde la viruela y la fiebre amarilla hasta la peste bubónica. A esto hay que sumarle que su respuesta a la crisis del HIV fue lenta y tardía, lo que le restó prestigio, y que la dirigencia en los 80 y 90 fue acusada de letárgica y corrupta.

Prisionero del éxito

Es posible que parte de la frustración actual con la OMS esté relacionado con su accionar frente a la pandemia de SARS en 2002. Trabajando coordinadamente con los gobiernos del mundo, el organismo logró contener el virus en 2003 con tan solo 1000 muertos oficiales en el mundo.

Hay dos factores que explican el éxito de la OMS en esa instancia, y que ilustran cómo tener personal idóneo solo sirve si las condiciones geopolíticas son las adecuadas.

La doctora Gro Harlem Brundtland, ex Primera Ministra de Noruega, lideró la OMS durante la pandemia del SARS. / AP

La doctora Gro Harlem Brundtland, ex Primera Ministra de Noruega, lideró la OMS durante la pandemia del SARS. / AP

Fue en 1998 que la doctora Gro Harlem Brundtland, ex Primera Ministra de Noruega, asumió como Directora General de la OMS. Consciente de que el organismo no tenía un mandato específico ni recursos profusos, y que debía usar la diplomacia como arma principal, Brundtland se puso sobre sus espaldas la tarea de empujar la OMS.

Para escapar de la dependencia de los gobiernos, cultivó conexiones locales para estar al tanto de brotes en lugares problemáticos del planeta, usó la naciente Internet para monitorear canales médicos y trabajó canales diplomáticos de forma constante.

Cuando aparecieron los primeros casos de SARS en 2002, China no los reportó a la OMS. Pero la estrategia de Brundtland pagó sus dividendos, y el organismo se enteró prácticamente al mismo tiempo gracias a su red de contactos. Una vez que tenía la suficiente información sobre la nueva enfermedad, la OMS le informó a Beijing lo que sabía. Al día, siguiente, China le brindó a la OMS su primer informe oficial sobre SARS.

Personas con barbijos en Hong Kong en 2002 debido a la pandemia de SARS. La actuación de la OMS durante ese episodio fue sindicada como muy exitosa. / AP

Personas con barbijos en Hong Kong en 2002 debido a la pandemia de SARS. La actuación de la OMS durante ese episodio fue sindicada como muy exitosa. / AP

Si bien Brundtland no tenía autoridad formal para presionar a China, la directora se mostró enfática en sus críticas a la lentitud de Beijing en dar a conocer la situación. Se lamentó públicamente que el país no le hubiera permitido a la OMS llegar hasta los primeros infectados, y les imploró que los dejaran actuar. Con inusual rapidez, China accedió a sus pedidos, lo que hizo que el resto del mundo siguiera su ejemplo. 

En 2003, la OMS emitió por primera vez en su historia la recomendación de no viajar para evitar la propagación del virus. A pesar de que no tenía autoridad formal para hacer cumplir esto, la caída en el nivel de tráfico aerocomercial fue notoria, y numerosos países se quejaron de la medida.

La estrategia de la OMS para el SARS fue considerada un éxito. Había logrado detener una pandemia basándose en intervenciones no farmacéuticas, es decir, recomendando la distancia, evitando los viajes y hacer mucho testeo. La fórmula fue considerada tan buena que decidieron convertirla en el modelo con el cual la OMS debía intervenir en crisis sanitarias de este tipo.

Preparó un documento que se envió a los países miembros de la ONU donde se les pedía que adaptaran sus protocolos de respuesta en línea con lo que decía la OMS, que se informara el organismo sobre cualquier brote sanitario, y su desarrollo posterior. Se le dio también la potestad de declarar una emergencia sanitaria basándose en su propia información, sin tener que pedirle permiso a ningún país.

Pero la iniciativa no logró conferirle poder real a la OMS. Algunos países, como China, Brasil, Rusia y China, estaban a favor de darle algún grado de poder, pero desconfiaban de la influencia de Estados Unidos. Había, en general, una reticencia a darle poder de decisión a un ente global y que pudiera imponerse sobre naciones soberanas.

Una década compleja

Las reacciones de la OMS frente a la pandemia de gripe porcina (llamada H1N1, y conocida en la Argentina como gripe A), en 2009, y al brote de ébola en África en 2014, son consideradas las manchas más recientes en el prontuario del organismo.

Dado que la gripe porcina culminó con menos muertos que lo esperado, la OMS fue criticada por haber reaccionado de forma excesiva. En el caso de ébola, el organismo falló en su misión de coordinar los esfuerzos sanitarios, y fue lenta en su respuesta.

Trabajadores sanitarios recogen un fallecido por ébola en Liberia, en 2014. La actuación de la OMS durante el brote fue duramente criticada. / EFE

Trabajadores sanitarios recogen un fallecido por ébola en Liberia, en 2014. La actuación de la OMS durante el brote fue duramente criticada. / EFE

“La OMS siempre está en riesgo de ser criticada por hacer de más, o por hacer de menos", declaró a The Guardian, Keiji Fukuda, ex director asistente de la OMS y quien estuvo al frente de la campaña para frenar la pandemia de H1N1.

Las críticas, según funcionarios de la salud pública, caen en dos grupos: si se actúa lentamente, habrá reclamos por no haber detenido la amenaza a tiempo; si se procede de forma agresiva y se detiene el brote sin daños graves, la acusación de haber reaccionado excesivamente no tardará en caer.