Violencia en Brasil: "Un país que mata niños es cualquier cosa menos una democracia"

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Fue el ministro de la Secretaría de Derechos Humanos de Brasil, Silvio Almeida, quien puso en palabras la sensación de shock y conmoción que por estas envuelve al país tras el

asesinato de cuatro niños que jugaban en el patio de una guardería de Santa Catarina: "Un país, un mundo que mata niños es cualquier cosa menos democracia. Es cualquier cosa menos un mundo decente".

La tragedia interpeló directamente a la clase política brasileña. El presidente Lula da Silva calificó el crimen como "un acto absurdo de odio y cobardía", mientras que otros dirigentes se volcaron a las redes sociales para expresar su condena a lo sucedido y a otros crímenes recientes que han sacudido a la sociedad. 

"Necesitamos acabar con este ambiente de violencia en el país", afirmó el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco. 

Una vigilia en homenaje a los niños asesinados en la guardería de Santa Catarina, Brasil. Foto: REUTERS
Una vigilia en homenaje a los niños asesinados en la guardería de Santa Catarina, Brasil. Foto: REUTERS

Si bien el discurso de Almeida fue una respuesta puntual al crimen ocurrido en el sur del país, sus palabras pueden extenderse a la ola de violencia que desde hace un tiempo parece afectar a las escuelas de Brasil.

A finales de marzo, un profesor de 71 años murió apuñalado por un alumno en una escuela pública de San Pablo. Tan solo en lo que va de 2023, varios estudiantes han sido detenidos con armas en escuelas de todo el país, entre ellos uno en Paraná, otro en el Distrito Federal y uno en el interior de San Pablo, que difundieron amenazas de masacre en las redes sociales.

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"Estamos fallando miserablemente a la gente que más nos necesita en este país. Y tenemos que admitir que hay que dar un paso adelante. Me gustaría, en nombre del Estado brasileño, pedirles disculpas", fue la forma en que Almeida cerró su discurso.

Una cultura de la violencia


Un informe del equipo de transición del actual gobierno realizado a finales del año pasado mostraba al menos 35 víctimas de ataques a escuelas en Brasil desde 2000. Los datos no incluyen las muertes de este año.

Según Daniel Cara, un profesor de educación de la Universidad de San Pablo que dirigió la investigación, no existe un factor único que explique el auge de este tipo de ataques. Sin embargo, un denominador común de los episodios es lo que él llama “una crisis de perspectiva” respecto a los problemas económicos. 

Vista aérea de la escuela donde ocurrió el crimen. Foto: AFP
Vista aérea de la escuela donde ocurrió el crimen. Foto: AFP

Entre otras posibles causas, el documento también apunta al bullying y a la exposición prolongada a procesos violentos, como el autoritarismo de los padres, el abandono familiar y los contenidos que ensalzan la cultura de la violencia difundidos en redes sociales y apps de mensajería.

En el caso del ataque en Santa Catarina, llamó la atención el modo en que el asesino se comportó tras el episodio, dado que se presentó a la policía y se entregó. Las autoridades que investigan el caso no han descartado la posibilidad de que el caso de San Pablo haya motivado el crimen en el sur del país.

En un comunicado, el Ministerio Público de Santa Catarina le pidió a los medios de comunicación que eviten identificar al asesino o divulgar su biografía, y que tampoco difundan imágenes de la tragedia.

"Ya hay estudios y amplia literatura que indican que la exposición del agresor y las imágenes de lo ocurrido son un estímulo para nuevos ataques", afirmó Fernando da Silva Comin, procurador general del Estado.

El crimen de los niños ha conmocionado a la sociedad brasileña. Foto: AP
El crimen de los niños ha conmocionado a la sociedad brasileña. Foto: AP

El ministro de la Secretaría de Derechos Humanos, Silvio Almeida, remarcó que la situación de la infancia en su conjunto debe ser revisada por el gobierno y la sociedad.

"Es culpa de la sociedad brasileña, del Estado brasileño, la forma en que hemos tratado a los niños y adolescentes en este país. Desde hace mucho tiempo. La forma en que la sociedad en general, los gobiernos, yo diría todas las entidades, las empresariales, todos, la forma en que hemos tratado a los niños en este país", afirmó.

"Hay otra forma de matar a los niños. Llevamos mucho tiempo cultivándola y normalizándola. Hemos permitido que los niños mueran de hambre. Los niños mueren de hambre. Hemos permitido que no vayan a la escuela. Hemos permitido, durante mucho tiempo, que los niños vivan, en realidad no en viviendas, que los niños se queden en la calle", completó.

Fuente: RFI y AFP

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