Una crisis que revela el rumbo sin salida de Rusia en la guerra

Internacionales
Lectura

La crisis que disparó el jefe del grupo mercenario Wagner marca un momento definitorio para Rusia y el régimen que encabeza Vladimir Putin. También para el destino de la guerra. No se

trata de la desesperación ambiciosa de un oligarca criado bajo el ala de Vladimir Putin, a quien ahora traiciona. Este episodio es resultado del fracaso en el mayor desafío que confronta el Kremlin en la guerra de Ucrania.

Si se requería una vidriera que expusiera con claridad lo que realmente eta ocurriendo en el frente, y que experimentan los rusos con esta aventura, la acaba de construir con nitidez el mercenario Yevgeny Prigozhin. 

Esta observación debe sumarse a otra casi transparente. Un levantamiento como este, que  incluye la toma sin un combate de la ciudad de Rostov-on-don donde el Wagner tiene su base principal, no sucede de modo aislado.

Prigozhin es un líder nacionalista, considerado por los rusólogos como el segundo dirigente más popular del país después del propio presidente y admirado por una multitud de millones de nacionalistas, una corriente que expresa la identidad básica y más rígida de la actual etapa de la federación bajo el mando de Putin.

El mandatario ruso, criado en el laboratorio de sospechas de la KGB, donde operó como agente, estimuló el crecimiento del ejército paramilitar Wagner como parte de una estrategia que multiplicaba los factores de poder interno para que se cuestionaran mutuamente y evitar que alguno creciera en influencia.

BANER MTV 1
Vladimir Putin. La traición de un aliado AFP
Vladimir Putin. La traición de un aliado AFP

Putin se ha sentido más seguro fomentando internas entre los jefes militares y las agencias de inteligencia y en el establishment. Hasta la guerra esa estrategia funcionó y Prigozhin se convirtió en un gigantesco guardaespaldas personal del líder del Kremlin y de sus proyectos en el norte de África y en el Cáucaso sur donde desplegaba ramas de este ejército a la carta.

No debe sorprender que Putin haya cubierto o ignorado abiertamente los insultos y desprecios que el líder mercenario profesaba desde el frente contra los jefes del Estado Mayor o el ministro de Defensa. De eso se tratan esos equilibrios de tensión. Pero la guerra comenzó a rodar en contra desde setiembre del año pasado.

Después de la enorme ofensiva ucraniana de ese mes, el conflicto se estancó, hubo relevos en la dirección rusa de la invasión que pasó a manos directas del comandante de las Fuerzas Armadas. Señal de una extendida desorientación que modeló una operación con enormes grados de improvisación e informes falsos sobre lo que ocurría en el frente que llegaban al vértice del poder en el Kremlin.

Al revés que el éxito, la derrota carece de padres. Las furias de Prigozhin en el frente donde denunciaba que le retaceaban municiones y se mostraba en videos junto a los cadáveres de sus hombres, exponían la impotencia rusa para dar vuelta un desafío militar que se pensó inicialmente para extenderse apenas días confirmando el carácter invencible de la potencia rusa.

Un salto al abismo que Putin decidió casi en soledad con el pretexto de unificar todo lo eslavo, pero con la intención de imponer la manda de Moscú sobre el collar de países que eran parte de la Unión Soviética. De ese modo aumentaba el poder económico de la Federación y la influencia política.

No solo buscaba impresionar a Occidente, también a su enorme y voraz aliado chino. Pero no funcionó. La guerra unificó a Occidente, sacó del baúl de trastos a la OTAN y regaló a EE.UU. un ticket de regreso al liderazgo global. Progozhin ahora revela que los ucranianos estna avanzando y los rusos huyendo. El desastre anticipado.

La crisis actual es imprevisible porque emerge de la debilidad del conjunto, tanto de quien desafía al poder como de la propia estructura de la nomenklatura. La acción de Yevgeny Prigozhin debe estar despertando sonrisas en esos vértices.

Es la pesadilla más temida por los jerarcas de Beijing que, desde la visita de Xi Jinping a Moscú en marzo pasado, han intentado frenar el conflicto proponiendo una reducida victoria rusa para evitar que el fracaso en el frente derive en una guerra interna en el país convertido en su principal proveedor de gas y petróleo.

Combatientes del grupo Wagner en un tanque en Rostov-on-Don, Russia. Reuters
Combatientes del grupo Wagner en un tanque en Rostov-on-Don, Russia. Reuters

La misma preocupación existe del lado de Estados Unidos, aunque por diferentes razones. La desintegración rusa disolvería el país en la telaraña de China, que acabaría multiplicando su poder objetivo. Ahí aparecen algunos de los motivos del complicado acercamiento a disgusto de estas horas entre las dos potencias que rivalizan por el control del futuro global.

“Si un príncipe basa la defensa de su Estado en mercenarios nunca alanzará la estabilidad o la seguridad”, recomendaba Maquiavelo. Preocupado por su sobrevivencia, Putin posiblemente nunca se enteró del consejo del florentino.

Mirá también

Guerra Rusia-Ucrania, EN VIVO: el grupo Wagner desafía a Putin y avanza hacia Moscú, minuto a minuto

Vladimir Putin promete castigar la "traición" del jefe del grupo Wagner y sigue la tensión en Rusia