Kitchen -padre de dos hijos- era un profesional de los seguros que, luego de jubilarse, se había convertido en actor de teatro amateur. Incluso hasta fundó una compañía de teatro propia.
"Era un hombre muy querido. Era inteligente, divertido, un intérprete fantástico, le importaba mucho el teatro. Era su pasión", contó al medio Jill, una amiga muy cercana y vecina.