La solución europea para proteger a sus automotrices, que llevan la transición al auto eléctrico más lenta que las chinas, es aumentar los aranceles. Así, a la empresa SAIC se le
exigirá un 38,1% de arancel, a BYD, el mayor fabricante chino de autos eléctricos, un 17,4%, a Geely un 20%, a otras empresas que cooperaron en la investigación europea sobre los aranceles chinos un 21% y a las que no cooperaron un 38,1%.