En la Península de Macanao, al oeste de la isla, otra mujer se le acerca a la ventanilla del coche y le manifiesta: “Venezuela está en tus manos, tu vas a
traerlos de vuelta, te llevamos aquí en nuestro corazón”, después de abrazarla y señalar que sus tres hijos no se han ido del país pero que le “duelen muchos de sus familiares que se fueron al extranjero”.