Luis Rubiales será juzgado en febrero de 2025 por su beso no consentido a Jenni Hermoso

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Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, será juzgado entre el 3 y el 19 febrero de 2025 por el polémico beso no consentido a la futbolista

target="_blank" target="_blank" href="https://www.perfil.com/noticias/actualidad/no-me-gusto-la-reaccion-de-la-campeona-que-fue-acosada-en-los-festejos-por-el-presidente-de-su-federacion.phtml">Jennifer Hermoso, luego de la conquista en el Mundial Femenino celebrado en Australia.

El exdirectivo del fútbol afronta una posible condena de 2 años y 6 meses de prisión —uno más que los otros acusados—, solicitada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional por el delito de agresión sexual (beso no consentido) y por cometer coacción en concepto de autor. Dada la entidad de los delitos, el asunto será conocido por el magistrado del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional.

Además de Rubiales, también serán juzgados por supuestas coacciones a la jugadora y a su entorno luego del besoJorge Vilda, exseleccionador del equipo femenino, Albert Luque, exdirector deportivo de la selección, y Rubén Rivera, quien se desempeñaba como responsable de marketing. Figuran como acusadores la propia Hermoso y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que solicitaron las mismas condenas de cárcel que el Ministerio Público.

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Caso Luis Rubiales y Jennifer Hermoso

Además, se pide que a Rubiales se le imponga la prohibición de acercarse a la futbolista a menos de 500 metros o comunicarse con ella durante ocho años y una indemnización de 50.000 euros en concepto de responsabilidad civil, y de otros 50.000 a pagar con el resto de acusados.

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Con respecto al polémico beso, en su momento el acusado indicó: "El deseo que podía tener en ese beso era el mismo que podía tener dándoselo a una de mis hijas. No hay posición de dominio, la gente lo comprende aunque los medios digan otra cosa".

Hermoso, por su parte, siempre mantuvo la postura de que Rubiales no tenía su consentimiento para besarla: "No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho".

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A finales de enero de este año, el juez instructor Francisco de Jorge propuso juzgar a Rubiales al considerar que el beso que propinó a Hermoso "no fue consentido" y que el exdirigente actuó de forma "unilateral y sorpresiva". Según explicaba, "el beso en los labios afecta a la esfera de la intimidad reservada a las relaciones sexuales, en particular en el contexto de dos personas adultas".

Aseguraba que "las presiones a las que se sometió a la jugadora crearon" en la futbolista de la Selección femenina "una situación de ansiedad e intenso estrés". El juez aseguraba que existió "una acción concertada de los tres" procesados —Vilda, Luque y Rivera— acordada con Rubiales "para doblegar la voluntad de Hermoso y conseguir que accediera a grabar un video en el que dijese que el beso había sido consentido".

En lo relativo al beso, el magistrado aseguraba que "la finalidad erótica o no o el estado de euforia y agitación experimentado como consecuencia del extraordinario triunfo deportivo" logrado con la consecución del Mundial de fútbol "son elementos cuya concurrencia y consecuencias jurídicas deberán valorarse en el juicio oral y público ante el órgano encargado del enjuiciamiento".

El momento del beso

El hecho se produjo el 20 de agosto de 2023, en el Estadio australiano de Sídney, tras la victoria de la selección femenina del Mundial femenino. Mientras Hermoso recibía el saludo protocolario y la felicitación del entonces presidente de la RFEF, Rubiales le sujetó la cabeza con ambas manos y le propinó un beso en la boca.

En la acusación, el Ministerio Público Fiscal español describió la conducta de Rubiales como "sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación" de Hermoso. El juez instructor Francisco de Jorge afirmó que la deportista, desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar. Trató de restarle importancia y continuar celebrando el histórico triunfo de la Selección.

"No obstante, conforme iban pasando las horas, la euforia del triunfo fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida por la acción relatada, malestar que fue en aumento ante las presiones de Rubiales y de su círculo próximo para que públicamente manifestase que el beso había sido consentido", ahondó el magistrado.

Lo acusa también de presionar de manera "constante" y reiterada a la futbolista y a su entorno para que "justificara y aprobara" el beso que le dio "contra su voluntad" ante "las consecuencias personales y profesionales" a las que Rubiales podría enfrentarse.

ML

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