A exactos 30 años de la inauguración del Plan Real en 1994, cuando Fernando Henrique Cardoso era ministro de Hacienda, el ex presidente brasileño recibió hoy en su casa del barrio
Higienópolis de San Pablo, al actual jefe de Estado Luiz Inácio Lula da Silva.
La visita del mandatario fue parte de una “agenda privada”, tanto que no requirió ser oficialmente informada. Otro motivo para estar con FHC es que este intelectual, que se hizo famoso en los años 70 mucho antes de llegar a dirigir su país, acaba de cumplir 93 años.
En la década de los 90, Lula y Fernando Henrique se tornaron adversarios, pero jamás enemigos. Ambos compitieron por llegar al Palacio del Planalto en octubre de 1994 y, luego, en 1998.
En ambas oportunidades FHC se llevó “el premio”. La primera victoria de Lula, en 2002, contó con el apoyo disimulado de su antecesor; y le ganó limpiamente a José Serra, el candidato del Partido de la Social Democracia de Brasil. Otro triunfo impecable sería el de 2006, cuando Lula volvió a sobrepasar a la socialdemocracia, entonces convertida en un partido centrista.
Los años siguientes vendrían momentos sombríos, con la prisión del actual mandatario que sólo sería liberado un año y medio después. Sin duda alguna, el encarcelamiento facilitó esta vez el triunfo de Jair Bolsonaro, en las elecciones de octubre de 2018. Su visión de extrema derecha, que lo hizo confluir con Donald Trump en la Casa Blanca, revertiría en un fracaso frente al líder petista en octubre de 2022.
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Fue entonces que Lula y Fernando Henrique forjaron una alianza, entre los socialdemócratas de centro y los de izquierda. Desde un inicio, FHC apostó a la necesidad de apartar a Bolsonaro, un extremista que se había tornado peligroso y que estaba dispuesto a inaugurar, de haber salido victorioso, un proceso dictatorial.
No sólo Cardoso se volcó a Lula; también lo hicieron amplios sectores del poder económico y financiero. A ellos se les sumó la Casa Blanca, ya en poder de Joe Biden; para éste y sus secretarios, el ex sindicalista representaba la única alternativa que permitiría sacar a la ultra derecha del comando de Brasil. Como se afirmó en aquel momento: las elecciones de 2022 “se trató de una lucha; o democracia o dictadura”
El viaje a San Pablo de hoy le permitió a Lula realizar una segunda visita: se encontró, como el mismo mencionó en la plataforma X, con el intelectual progresista Noam Chomsky, quién vive en la capital paulista desde hace un tiempo junto a su mujer que es brasileña.
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