El puente forma parte de un proyecto carretero federal que unirá Iquitos, en el noreste de Perú, con el distrito de El Estrecho, en la frontera con Colombia, en un total
de aproximadamente 188 kilómetros (117 millas). Se enfrenta a la creciente oposición de las tribus indígenas, que temen que la construcción conduzca al acaparamiento de tierras, la deforestación y el narcotráfico, que han plagado proyectos similares en la mayor selva tropical del mundo.