De camisa blanca, saco oscuro y pelo largo, Nicolás Carrizo comenzó a declarar después de las 10.30. “Tenía muchas ganas de contar mi historia para que se conozca, no lo que
se dice en los medios, no todo lo que se viene diciendo. Esperé todo este tiempo para hablar”, dijo ante el Tribunal el joven que fue conocido como el “jefe de los copitos”. Visiblemente quebrado en varios tramos de su declaración, que duró poco más de una hora y media, le pidió perdón a Cristina Kirchner: “jamás me metería en nada para asesinar a alguien, es una locura, le pido perdón si la ofendí”, indicó.