La hiperinflación es siempre y en todo lugar un fenómeno político: los casos de Alemania y Argentina

Economia
Lectura

La inflación es un fenómeno monetario, decía Milton Friedman.

“Pero la hiperinflación es siempre y en todas partes un fenómeno político”, precisó el historiador conservador Niall Ferguson.

En su detallado libro

La inflación es un fenómeno monetario, decía Milton Friedman.

“Pero la hiperinflación es siempre y en todas partes un fenómeno político”, precisó el historiador conservador Niall Ferguson.

En su detallado libro

El triunfo del dinero: cómo las finanzas mueven el mundo, Ferguson concluye que el chispazo inflacionario que acelera una híper no puede ocurrir sin un mal funcionamiento de la política económica de un gobierno.

¿No es acaso lo que se ha visto en la historia? ¿y en la Argentina no sucede algo así hoy?

El historiador cita el caso de Alemania, que por estos días cumple un centenario de la tragedia que azotó a la República de Weimar: la híper de 1923 fue una combinación de dos factores como la paralización interna de un gobierno (el alemán) y la presión de los acreedores internacionales (Francia principalmente) para que pagara la deuda externa por las reparaciones de la Primer Guerra. El corolario de esas fuerzas convergentes, reflejadas en la novela magistral El obelisco negro, de Erich Maria Remarque, fue que para administrar el conflicto, circularon 20.000 millones de billetes por día en suelo alemán.

BANER MTV 1

Una columna publicada en Clarín esta semana, de la economista Marina Dal Poggetto, ratifica de algún modo esta idea de Ferguson, al señalar que la Argentina puede construir su hiperinflación.

Dal Poggetto lo viene advirtiendo al respecto hace un año. Por aquel entonces aclaró que la aceleración inflacionaria puede que “no sea de la magnitud de la que vivimos a fines de los 80 cuando la tasa de inflación promedio alcanzó casi el 3 mil%, pero sí un nuevo cambio de régimen que coloque la inflación arriba de tres dígitos si no se alarga el horizonte de la política económica”. Hoy Dal Poggetto sostiene su parecer. Un economista de renombre, escuchado por los empresarios, dijo esta semana que la probabilidad de una hiperinflación en Argentina creció en los últimos meses. Ningún evento tiene probabilidad cero en este país, piensan algunos empresarios.

Lo importante de los planteos de Ferguson y Dal Poggetto, vale aclarar, no es que la definición de hiperinflación está sujeta a un cálculo de la cantidad de dinero o circulante a partir del cual se gatilla el fogonazo o una caída de la demanda de dinero que puede uno anticipar mediante un modelo científico sea ortodoxo o heterodoxo.

“Una híper requiere que haya vacío en el poder tornándose todo un descontrol”, explica, al Económico, José Luis Machinea, ex presidente del Banco Central hasta marzo de 1989.

Los acontecimientos que llevaron a aquella crisis ocurrieron de dos formas, como dice la novela de Ernest Hemingway: primero gradual y luego de repente. En enero la inflación fue 8,9%. Febrero 9,6%. Marzo 17%. Abril 33,4%.

Una semana después de que el Indec publicó el 33,4% de abril, el viernes 5 de mayo de 1989, Carlos Menem ganó las elecciones a Presidente. A los días se lanzó el adelantamiento de la entrega de poder de Raúl Alfonsín a Menem.

La última vez que se había registrado una cifra como la de ese mes había sido marzo de 1976, con el IPC dando 38% mensual y el mayorista 54%.

Juan Carlos Pugliese, ministro de Economía de Alfonsín que asumió en abril del 89 reemplazando a Juan Sourrouille, recibió ‘el 17% de marzo’. No contribuyó con su frase “les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo” tras un anuncio de medidas, y del 17% pasó a 33,4%.

La híper llegó.

Se pagaban tasas diarias de 4,75% entre bancos, había ‘precios justos’ para las verduras, no había dólares porque una sequía azotó al campo y por la incertidumbre que despertaba un candidato ecléctico como era Menem.

“Buena parte de los aumentos que ocurrieron en los últimos días de abril, en términos estadísticos, se trasladarán a mayo”, contó a los periodistas Pablo Gerchunoff, jefe de asesores del Ministerio de Economía, tras el 33,4% de abril.

“Nadie puede, sin mentir, ofrecer la solución simultánea de todos los reclamos legítimos sectoriales”, se defendió, por su parte, Pugliese. “Vivimos en una sociedad en la que imperan fuertes desigualdades que se hacen dramáticas cuando la economía se desarticula y la inflación crece”.

En medio de la vorágine y destrucción, el ministro de Economía lanzó un congelamiento de precios . “Hay que terminar con esa ansiedad colectiva que son las remarcaciones diarias”.

El orden político de Alemania comenzó a desmoronarse 100 años atrás cuando los alemanes no pagaron una deuda a Francia y los franceses tomaron una mina de carbón para usufructuarla y darse por pagados. Son las agitaciones políticas las que provocan reacciones rápidas en los mercados mucho más rápido de lo que los modelos y teorías predicen. Y una híper puede hacer desaparecer un gobierno o una administración.

¿Qué evento de riesgo tiene por delante la Argentina en ese sentido?

Machinea no duda. “Un default con el FMI no sería una buena noticia porque aceleraría la falta de poder”.