La inflación y topes que no se actualizan hicieron caer el uso de la tarjeta de crédito en febrero

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Las tarjetas de crédito son la vía de acceso al crédito de los hogares. Sin embargo, el aumento de los precios y la suba de tasas asociada han logrado golpear este tipo de

financiación: el mes pasado, el uso de los plásticos apenas creció en términos nominales un 1%, lo que representa una caída real de más del 5%.

Según datos del Banco Central, en la comparación interanual se nota la fuerte caída: respecto del saldo de febrero del año pasado, el stock de pesos financiados por las tarjetas apenas creció 73%, cuando la inflación del periodo se posicionará por encima del 100%. El menor uso de los plásticos para financiar los gastos corrientes de las familias se inscribe en el marco del desplome del crédito al sector privado.

Este segmento, que incluye a las tarjetas de crédito y los préstamos personales, se contrajo por 14º mes consecutivo en febrero, y cerró el mes con una baja de 2,7% respecto de lo que había anotado en enero. Si se lo compara con la foto de febrero de 2022, el financiamiento de las familias se contrajo más de 15% respecto del aumento de los precios.

Detrás de este fenómeno, el gran factor es el aumento imparable de la inflación que hace mella en el poder de compra de los salarios. Pero también otros factores, entre los que se destacan la falta de actualización de los topes crediticios por parte de los bancos.

Las entidades consideran que el negocio de las tarjetas ya no es tan redituable como prestarle al Estado y desde la pandemia de 2020 comenzaron a "ajustar" el acceso a estos productos.

BANER MTV 1

Guillermo Barbero, Socio de First Capital Group, explicó: "Febrero debe ser el mes durante el cual los límites de crédito se encuentran más desactualizados debido a que todavía no se han reflejado en los recibos de sueldo los incrementos de las paritarias y a que las entidades bancarias no han puesto en marcha los mecanismos de revisión de los mismos".

¨La aceleración del ritmo inflacionario hace que sea necesario actualizar los límites de crédito con mayor frecuencia para mantener el nivel de gasto de los tarjeta habientes", agregó Barbero. "Llama la atención que el inicio del período lectivo, y las compras que éste ocasiona, no se reflejen en un crecimiento más importante de los saldos”, señaló.

Con varios indicadores que adelantan un congelamiento del consumo este año, a pesar de ser un momento pre electoral, las perspectivas para lo que queda de 2023 no son de recuperación para este sector.

"Un escenario de menor actividad como el que esperamos para el año en curso tendrá un correlato directo sobre la dinámica de créditos. Sobre ésto se suma un costo de financiamiento más elevado y restringido producto de una tasa de interés elevada y la incertidumbre de un año electoral", explicaron en la consultora LCG.

Con los resúmenes cada vez más ajustados y suba de tasas, también el fin de las mal llamadas "cuotas sin interés" explican este fenómeno. Los economistas de LGC creen que si el Gobierno encara programas de estímulo al consumo en la previa electoral, la situación podría mejorar parcialmente. "Durante el año podrían observarse períodos con una mejor dinámica producto de políticas aisladas de fomento al consumo como el “Ahora 30”, dijeron.

A contramano, y a pesar del encarecimiento del dólar para los turistas, los consumos con tarjetas en dólares si crecieron el mes pasado. En febrero registraron una suba interanual del 17,2%, aunque con un comportamiento mensual irregular. Al mismo tiempo, hubo un incremento de más de 12% respecto a lo que se había registrado un mes atrás.

"Los viajes al exterior han reactivado este rubro pero la aplicación de tipos de cambio diferenciales para el uso de la tarjeta en moneda extranjera limitan su uso y hoy se encuentra en valores muy por debajo de los habituales en épocas de prepandemia", sumó Barbero.

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