Este resultado de la primera exploración no significa que no haya recursos ni reservas (que se puedan extraer con la tecnología disponible a un costo que genere rentabilidad) en las cuencas
petroleras que tiene la Argentina en su mar, pero es una señal negativa. La actividad offshore, se estimaba, podría generar en los próximos años exportaciones de energía por 20.000 millones de dólares al año, aproximadamente desde 2030. Una segunda Vaca Muerta, pero adentro del mar.