Pareció un partido de exhibición, pero no lo fue, Argentina derrotó 3-0 a Italia para cosechar su segundo título desde el arribo de Scaloni al banco de suplentes.
Pareció un partido de exhibición, pero no lo fue, Argentina derrotó 3-0 a Italia para cosechar su segundo título desde el arribo de Scaloni al banco de suplentes.
Intratables: ésa es
la descripción del equipo capitaneado por Lionel Messi en la tarde noche de Londres. Con puntos altos en todas las líneas Argentina borró de la cancha a un rival complicado en los papeles. Italia se vio superado por la presión alta y la intención de hacerse dueño de la pelota por parte del equipo dirigido por Lionel Scaloni. Línea por línea fue un partido rozando la perfección por parte de Argentina.
El primer tiempo terminó con la albiceleste arriba en el marcador luego de una genialidad de Messi y la aparición de Lautaro Martínez, que está donde tiene que estar y anotó el primer gol de la final. Un Martínez que se está haciendo la buena costumbre de anotar con la camiseta de su país y se perfila a ser uno de los goleadores históricos del combinado argentino. El ex Racing hoy tiene 20 goles en 31 partidos con Argentina, números que ilusionan a todos, sobre todo de cara a Qatar.
Para irse al vestuario aún más tranquilos apareció Di María, el hombre de los goles en finales, y sobre todo definiendo con una templanza que pocos tienen. El que le dejó el arco a su merced fue el mencionado Martínez para que Ángel defina con una moneda corriente en finales para Argentina, picándola sobre la humanidad del arquero rival. Lejos de esperar a su rival en el complemento Argentina salió a buscar el partido como si este estuviese 0-0. Una cuenta pendiente para el combinado de Scaloni, de no dejar venir a su rival a pesar de estar en ventaja.
Un segundo tiempo con Messi brillante, con chispazos de velocidad en sus comienzos, pero con su genialidad de siempre, el 10 manejó el partido a su ritmo. Lo único que le faltó a Messi fue el gol para cerrar un partido perfecto. El que sí se fue con una sonrisa para poner cifras definitivas fue Paulo Dybala. El cordobés entró faltando pocos minutos y se despachó con un lindo gol cuando las más de 60 mil almas argentinas presentes en Wembley esbozaran el grito de dale campeón.
De esta manera, ante un rival europeo que era la cuenta pendiente del equipo de Scaloni, se despachó con un contundente 3-0 ante nada más y nada menos que Italia, que a pesar de su ausencia en Qatar sigue siendo una potencia. Otra prueba cumplida para un equipo que necesita que llegue el mundial para seguir por este camino.
