Sin la presencia del capitán Claudio Bravo, con una molestia en una rodilla, ni la del entrenador Ricardo Gareca, sancionado por Conmebol, Chile salió al Inter&Co Stadium de Orlando con un
objetivo: ganar para poder entrar a cuartos de final como uno de los dos clasificados del Grupo A. A Canadá, en cambio, le alcanzaba con un empate, siempre y cuando Perú no le ganara a Argentina.
La cuestión es que el negocio lo hizo Canadá: el empate de anoche más los tres del triunfo ante Perú le alcanzaron para clasificar a cuartos de final.
Desde el arranque Canadá se adueñó de la iniciativa. Una consecuencia fue que cuando apenas se jugaban 11 minutos Suazo recibió una amarilla por una infracción a Laryea, una sanción que terminaría siendo clave. Quince minutos después, los mismos protagonistas, la misma acción y la segunda amarilla. Chile se quedó con diez jugadores.
El primer tiempo se fue sin pena ni gloria. Es más: el arquero Gabriel Arias mantuvo el cero en el arco de Chile en un par de oportunidades. Eso fue todo.
En la segunda etapa Chile sintió la obligación. El empate era inocuo. Entonces se animó a buscar, sin demasiadas ideas, pero con voluntad. El partido, así, ganó en ritmo y emociones. Con la clasificación en juego, todo lo que ocurría era determinante.
Alexis Sánchez intentó una vaselina, pero el arquero Crepeau lo frustró. Arias le tapó un mano a mano a Buchanan. Los minutos pasaban y Canadá estaba cada vez más cerca de los cuartos de final. Hasta que el árbitro Wilmar Roldán lo confirmó: el cero a cero clasificó a Canadá y dejó afuera a Chile.
