Crecí y adoré los lugares emblemáticos de la movida 90, época inolvidablemente iconoclástica: Experiment, Caniche, Bunker, Bolivia, El Morocco, Contramano, Tokio, Angels, Confusión, Cuarto Milenio, Club Eros, El Cielo, Sunset, Nave
Jungla, El Caix, Medio Mundo Varieté, Bajo Tierra y El Parakultural con Batato, el mayor clown travesti literario. En esa vorágine por recorrer todas las discos en una noche, yo consumía sustancias de jueves a domingos y es aquí que quiero hacer un mea culpa: todos en los noventa padecíamos la zoncera de sentirnos modernos, de adorar el glam y el cinismo.