Una mujer trans se convirtió en mamá y abuela adoptiva de dos adolescentes y dos niñas

Sociedad
Lectura

Luisa Paz es una activista trans santiagueña que marcó un hito en la Justicia de Santiago del Estero: cumplió los trámites exigidos por ley y se convirtió en madre

y abuela adoptiva de dos adolescentes y dos niñas.

La sentencia judicial salió a la luz este viernes, cuando el Juzgado de Familia de Tercera Nominación, a cargo de la Dra. Carolina Anauate, otorgó la guarda con fines de adopción al matrimonio de Luisa Paz, actual delegada del INADI en la provincia, y José Coria, quienes conviven hace 36 años.

Gilda (19), sus dos hijas —Karina (5) y Silvina (2)—, y Felisa (17) se encontraban viviendo en el Hogar de Niños y Adolescentes Mama Antula, donde Luisa las conoció durante una visita que realizó para brindar un ciclo de capacitaciones sobre diversidad sexual, en su rol de delegada al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo. 

"Justo Gilda fue quien me abrió la puerta y me recibió con Silvina en sus brazos. Y Karina venía atrás llorando para que la vista. Entonces le dije 'dame que te la tengo'. Y ella me miraba, pero nunca se despegó", relató Luisa sobre el primer cruce de miradas.

BANER MTV 1

"Me atravesó la historia de Gilda y me planteé ayudar a esa niña que tuvo una vida difícil. Sentía que tenía que cambiarle el rumbo de esa vida", explicó en diálogo con medio local Diario Panorama.

Luisa Paz junto a su familia. Foto: Rapetti Emilio/Telam

Luisa Paz junto a su familia. Foto: Rapetti Emilio/Telam

Al regresar a su casa, le contó a su pareja la situación vivida y no dudaron: solicitaron que el Registro Único de Adopción analizase la posibilidad de vinculación formal con ellas.

La idea de adopción ya estaba pensada en su cabeza desde hace tiempo: "Cuando se hizo la reforma del Código Civil empezamos a visualizar otra idea de lo que era la adopción. Nos planteamos seriamente hacer los trámites necesarios y así me presenté en el RUA".

El trámite se inició antes de que se desatara la pandemia. Mientras tanto, los ahora madres y padres adoptivos asistían a los talleres de sensibilización, por lo cual dieron cumplimento a todos los pasos que exige la ley de adopción.

Aceptada la propuesta por parte de los equipos técnicos de las instituciones vinculadas a la adopción, Gilda y sus dos hijas comenzaron a visitar y luego a convivir con Luisa y José.

"Primero eran dos días, después cuatro. Cuando arrancó la pandemia, la directora nos dijo si las podíamos tener permanente porque el hogar se iba a cerrar por la pandemia. Y también nos ofreció de traer a Felisa. No estaba en nuestros planes pero les dije que sí", explicó.

"La pandemia increíblemente nos fortaleció y favoreció porque al estar 24 horas, el vínculo se afianzó mucho más", explicó.

Luisa Paz avanzó el vínculo durante la pandemia. Foto: Rapetti Emilio/Telam

Luisa Paz avanzó el vínculo durante la pandemia. Foto: Rapetti Emilio/Telam

Finalmente, la directora del Hogar se volvió a comunicar con ellos para avisarles que iba a reabrir el establecimiento por lo que Felisa podía volver. Pero resolvieron no mandarla y que se quede en la casa. Entonces, pidieron cambiar el expediente y agregar a la otra joven: "Ahora es Gilda, sus dos hijas, y Felisa", celebró.

"El desafió más grande ahora es cambiarles el rumbo de vida y que puedan tener una proyección como la tuve yo después de una lucha grande", concluyó.

Un caso inédito

Carolina Agüero, coordinadora del RUA de Santiago del Estero y presidenta del Consejo Consultivo Nacional de Adopción, señaló que el de Luisa y José "es un caso inédito porque reviste múltiples aristas".

"En primer lugar se trata de la adopción de dos adolescentes, que es un hecho poco común incluso a nivel nacional, a la vez una de ellas es mamá de dos nenas y la otra adolescente tiene una discapacidad", comentó en diálogo con Télam.

"También es inédito porque una de las integrantes de la pareja es una mujer trans, entonces todo este caso se encuentra atravesado por la diversidad en su concepto amplio", consideró.

Dijo que otra característica que lo hace único a este caso es que "se ha dado la adopción de una adolescente que cuando se dicta la guarda con fines de adopción ya había adquirido la mayoría de edad".

"En este caso nos hemos enfrentado al desafío de evaluar la diversidad, el rol paterno y materno frente a una adolescente mamá, de buscar que no se suplante ese rol materno de la adolescente por su madre y padre adoptivo, sino que poder empoderarla a la adolescente para que siga ejerciendo ese rol, lo cual se ha observado", finalizó.