A los 93 años sigue estudiando: se doctoró en Historia y cuenta cuál es su secreto

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Valentín Golzman tiene 93 años y sigue estudiando. No es la primera vez que lo hace. En su larga historia de vida lleva varios títulos ganados. Pero a diferencia de lo que hace

la mayoría de mortales (que se recibe y deja de estudiar), Valentín continuó ampliando su conocimiento. Acaba de doctorarse en historia en la Universidad Torcuato Di Tella.

Así se convirtió en una de las pocas personas que lograron conseguir un doctorado a tan avanzada edad. Cuando uno habla con él, en este caso para esta nota, no se puede detectar su edad, más allá de lo evidente en cuanto a su apariencia física. Su mente parece no tener tiempo. Es una especie de Peter Pan cerebral que sigue adquiriendo información sin reparar en que está a siete años de cumplir un siglo de vida.

Quizá sea justamente eso lo que mantiene a Valentín tan vital. Se siente cuando uno lo entrevista. Suele decirse que la edad es un número. Algo que resulta difícil de creer. Pero en el caso de Valentín es cierto. En él no aparece la decrepitud por ningún lado. Su nivel de actividad es envidiable. Está impecable. Como si tuviera una especie de dieta secreta que le permite engañar a la vejez. ​

Es dueño de un curriculum nutrido de curiosidad y conocimiento. No sólo que estudió en universidades sino que además tiene cursos hechos en diversos temas. Podría decirse que -en una época donde reina la especialización de todo- es el último de los polímatas u hombre del renacimiento.

En 1951 se recibió de Técnico Mecánico en la Escuela Industrial anexa a la Universidad Nacional del Litoral en Rosario. Años más tarde, en 1962, Valentín se recibió de Ingeniero Mecánico Electricista en la Universidad Nacional de La Plata, y a partir de ahí ejerció esa profesión. "Como ingeniero trabajé y dirigí empresas metalúrgicas productoras de autopartes, una de las cuales sobrevivió tras haber sido vendida a una empresa francesa", cuenta.​

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Estudió ingeniería. Y ahora se doctoró en historia. Foto Federico Lopez Claro.
Estudió ingeniería. Y ahora se doctoró en historia.Foto Federico Lopez Claro.

Luego, se graduó como magíster en Historia por la Universidad Di Tella en el 2010. Desde entonces dedicó los siguientes años a la tesis de su doctorado que lleva el título “Historia y cine. Representaciones audiovisuales de la crisis del mundo del trabajo en la Argentina en la década de 1990″.

Valentín encontró en varios films de los 90 una marca visible de la desindustrialización y el desempleo que marcó esa década. Y entre las películas que usó para hacer su tesis están: Después de la tormenta (Tristán Bauer, 1991), Mundo grúa (Pablo Trapero, 1999), Solo por hoy (Ariel Rotter, 2001), y documentales como Piqueteras (Malena Bystrowicz y Verónica Mastrosimone, 2002) y Días de cartón (Verónica Souto, 2003),

"El desarrollo de la investigación que quedó volcada en mi tesis abarcó algo más de seis años. La decisión de realizar la tesis doctoral emergió como continuidad natural, posteriormente a mi graduación como Magíster en Historia en la misma Universidad, en 2010. La elección del tema tuvo en su origen la intuición de que un grupo de películas ficcionales y documentales realizadas durante los 90 podía representar los efectos de esa crisis, que hacia el comienzo de la investigación no había remitido", asegura Golzman.

Asegura que "estudiar, investigar la temática de la tesis, significó un esfuerzo especial, pese a que paralelamente a mi desempeño en fábricas y empresas, realice diversos estudios sobre fotografía, cine, filosofía y escritura".

"Cuando en la defensa de la tesis el 11 de julio último, obtuve el doctorado sentí enorme satisfacción, que se potenció cuando los tres miembros del jurado, Clara Kriger, Fernando Rocchi y Oscar Oszlac coincidieron en que la tesis representaba un aporte a la historia del cine y a la historia social". Y su intensión de estudiar no termina acá: "Pienso seguir profundizando en el conocimiento de una temática que me interesa: análisis y crítica cinematográfica".

Valentín junto a su mujer. Foto Federico Lopez
Valentín junto a su mujer. Foto Federico Lopez

Dice que le interesa estudiar "los efectos de la crisis en la subjetividad de las personas y las comunidades". "Destacar la forma en que la crisis social y laboral resultante de las políticas neoliberales aplicadas por el gobierno de Menem generaron el envío a una marginalidad de difícil retorno, en poco más de un año, a más de 200.000 trabajadores. Para ese análisis me basé en un corpus cinematográfico de 14 películas realizadas en la década y las cotejé con una amplia bibliografía económica y social".

En cuanto a sus secretos para mantenerse vital y activo dice: "Tengo buenos médicos. Y me tocó vivir 93 años con buena salud. La rutina de hacer gimnasia dos o tres veces por semana en los últimos 50 años ayuda también. No hay magia".

Y agrega que además de estudiar le gusta ir al cine y al teatro. "También me gusta seguir la economía muy de cerca. Veo a mis amigos y mi familia lo más posible. Hasta en la pandemia iba seguido al cine. Ahora miro muchas películas en casa. Estoy haciendo un curso de filosofía y cine. Veo películas y las comentamos. Quiero seguir evaluando películas y hacer crítica cinematográfica". 

Cuenta que su familia fue crucial para cumplir su objetivo del doctorado. Lilian y sus hijos Claudia y Guillermo siempre lo apoyaron cuando la tesis parecía difícil de completar. Pudo superar los obstáculos que se le presentaron. Y asegura que tener objetivos es primordial para darle sentido a la vida. "Es algo infaltable para avanzar en la vida", recomienda.

PS

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