"Cuando yo cumplí 16 años, él tuvo diabetes. Lo habían echado del puerto, se quedó sin trabajo y se deprimió. Yo le dije que ya estaba grande, que él me había
enseñado bien cómo era ganarse el pan y yo me largué a laburar. Él se fue a vivir a Santiago tranquilo, ya que a él lo hacía feliz irse al campo", afirmó Alejandro.