El camino tradicional de ponerse de novios, convivir, casarse y tener hijos se flexibilizó. Si bien los mandatos siguen vigentes, cada vez hay más opciones. “La mitad de los que se
casan, hoy se separan. No hay garantías, nada es para siempre. La gente emigra, cambia de trabajo, se desenamora”, dice Claudia Borensztejn, médica psicoanalista y representante latinoamericana de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA).