La medida, a diferencia de las anteriores, abarcó todo el país, y contó con el apoyo de profesores universitarios. Como cada docente tiene libertad de apoyar o no, la adhesión en
CABA fue disparar. Esa disparidad responde, en parte, a las consecuencias educativas y emocionales que dejó la pandemia en los chicos, con estadísticas alarmantes en cuanto al nivel educativo. En respuesta, cada vez más docentes se animan a levantar su voz a favor de declarar la educación como esencial, y así garantizar el derecho de los chicos a mejor educación, sin interrupciones.