Como en la serie del temible operario del recontraespionaje, aquí el truco tampoco es “viejo”, como solía inventar el protagonista, sino más bien bizarro o increíble. Pero lejos de ser ficción,
en este caso se trata de una iniciativa real que desde el sector admitieron a Clarín haber motorizado para conseguir información valiosa de la competencia y, en base a esos datos, tomar decisiones.