Murió Sean Connery: el James Bond más emblemático de todos los tiempos

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La muerte de Sean Connery a los 90 años, además de generar un gran pesar en todo el mundo por tratarse de uno de los actores más influyentes del siglo pasado,

reactiva un viejo debate: ¿Quién fue el mejor James Bond de la historia?

Si bien el concepto de "mejor" tiene mucho de valoración subjetiva, lo cierto es que el agente 007 de Connery resultó el más icónico y duradero.

Se convirtió automáticamente en el arquetipo de agente secreto. Carismático y enigmático a la vez, repleto de trucos y gadgets que quedarían como su marca personal. Si bien muchos de esos elementos no estaban presentes en el personaje original de las novelas del británico Ian Fleming, fueron esas características en combinación con la alta carga sexual para la época lo que hicieron al Bond de Connery todo un símbolo del cine mundial. Y el molde en el que se basarían no sólo sus herederos en el papel, sino también infinidad de parodias y homenajes que llegan hasta nuestros días. Creó una síntesis, un sentido común en torno a la idea de agente secreto. 

Su debut fue en 1962, como protagonista de El Satánico Dr No, y aunque normalmente se le atribuye haber sido el primero en interpretar al agente secreto, lo cierto es que fue el segundo.

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La primera adaptación de las historias creadas por Fleming con el agente fue para televisión y en 1954. Se trató de un especial de 48 minutos basado en la novela Casino Royale, emitido por la cadena CBS en Climax!, un programa antológico con historias de suspenso.

Cuatro años después, Fleming comenzó a pensar seriamente en una versión cinematográfica de su personaje y así comenzó la producción de la película que llegaría a los cines en 1962, con un presupuesto de poco más de 1 millón de dólares y una recaudación de casi 60 millones. Connery, por su primera participación, se dice que tuvo un sueldo de 17.000 dólares. El cachet, obviamente, se incrementaría junto con el éxito de la franquicia. 

El fenómeno cultural que supuso Bond catapultó a la fama a un Connery que hacía años intentaba abrirse paso en el mundo de la interpretación pero que muchas veces era tildado de sex symbol sin mucho más mérito.

El propio Fleming, dicen, en un primer momento se mostró escéptico con su elección en el rol protagónico. El irlandés de pasado fisicoculturista y alguna vez merecedor del tercer puesto como Mr Universo dejaba dudas en cuanto a su capacidad actoral.

Lejos estaba de haber sido la primera opción para el rol. La producción había apuntado como objetivo máximo a Cary Grant, pero que tenía otros compromisos actorales. También contactaron a Richard Johnson, Patrick McGoohan o David Niven.

Finalmente, la elección de los productores Harry Saltzman y Albert Broccoli, más basada en una intuición que en otra cosa, resultó un éxito comercial. Connery volvería a interpretar a Bond en seis películas más: De Rusia con Amor (1963), Goldfinger (1964), Operación Trueno (1965), Solo se vive dos veces (1967), Los Diamantes son Eternos (1971) y Nunca digas Nunca Jamás (1983).

Regresaría al personaje en 2005, pero en otro formato: le puso voz a su Bond en versión videojuego, para el título de Electronic Arts basado en From Russia with Love.

Nota en desarrollo