Levantarse, vestirse, mirarse al espejito espejito, hacer gimnasia, lucir como sex symbol, actuar, comer, defecar, desvestirse, acostarse. Así era un día en la vida de Brad Pitt. ¿Y Angelina? ¿Qué decir
de Angelina Jolie? En la rueda del mundo que la rodeaba, se sentía una mujer disconforme hasta que tuvo la feliz idea de consagrarse a una causa noble: engancharse con el galán de moda. ¡Marche un Ken para esa Barbie de labios de churrasco! Las piezas encajaron.