“Fue más de una década, de pagar el derecho de piso. De caminar oficinas, de ir a shows y que nos suspendan y no nos avisen. Ya estaba un poco cansado
de la música”, cuenta Roque con, ahora sí, las pupilas irremediablemente húmedas.
“Fue más de una década, de pagar el derecho de piso. De caminar oficinas, de ir a shows y que nos suspendan y no nos avisen. Ya estaba un poco cansado
de la música”, cuenta Roque con, ahora sí, las pupilas irremediablemente húmedas.