José Alperovich: del pacto con el kirchnerismo a la condena

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José Alperovich arribó a la política de la mano del radicalismo pero su verdadero poder lo construyó con el peronismo. Después de la crisis del 2001 se afilió

al Partido Justicialista (PJ) y en las elecciones legislativas de ese año fue electo senador nacional por ese partido.

Señalado como “el mimado” del kirchnerismo, él y su esposa fueron muy cercanos a la ex presidenta Cristina Kirchner y ocuparon los rangos más altos dentro del PJ. Contemporáneos en sus mandatos (ella como presidenta de la nación, él como gobernador de Tucumán) durante el período 2003-2015, Alperovich tuvo vía libre para manejar los poderes en su provincia como quiso.

Sin embargo, después de que su sobrina lo denunciara por violación, el kirchnerismo le soltó la mano. "Espero que se investigue, si la denuncia es cierta, es muy grave", dijo el entonces presidente Alberto Fernández tras la denuncia. El PJ tucumano tenía ya un heredero: José Luis Manzur, quien había sido elegido por Alperovich para ser sucesor. Pero la alianza terminó en disputa, como la de Manzur con Osvaldo Jaldo. Y el senador del PJ pidió licencia apenas se conoció la denuncia y la Cámara Alta la aprobó.

Preso

El juez Ramos Padilla leyó el veredicto tras advertir que si había exclamaciones iba desalojar la sala. Alperovich fue condenado a 16 años de prisión como autor de tres cargos de abuso sexual, dos en grado de tentativa y otros “seis cargos de abusos agravado pues hubo acceso carnal de manera vaginal, anal y oral con partes de su cuerpo, su pene, por las tres vías y con los dedos en el primero de los casos”.

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Alperovich 

El juez marcó que el abuso se dio en el marco de "una relación de intimidación" ya que había una relación de dependencia, poder y autoridad. Pero la defensa apelará la condena. Alperovich recurrirá a la Cámara Federal de Casación y probablemente a la Corte. Y el año próximo, cuando cumpla los 70 años, pedirá seguramente cumplir la pena, que vence el 17 de julio de 2040, en su casa.

Caída

Supo ser el hombre más fuerte de Tucumán. Tan respetado como temido, José Alperovich gobernó la provincia como si fuera de su propiedad y, luego de tres mandatos consecutivos, continuó su liderazgo desde el Senado de la Nación. No había nada que se le escapara. Con el respaldo nacional, que le permitió ejercer el mando a su antojo, transformó a la provincia en una especie de Macondo: en cada institución, en cada municipio y en cada organismo influyente, se las ingenió para ubicar a una persona de su extrema confianza.

En casi veinte años, se convirtió en el verdadero amo de su tierra. Pero el poder nunca es infinito y el señor feudal cayó en desgracia. La derrota en las elecciones de 2019 lo había dejado en el piso. Y luego llegó la denuncia. En su demanda, la joven de 29 años no solo señaló a Alperovich como un violador. En una carta que difundió a los medios, aseguró que los abusos habrían ocurrido durante más de un año y que más de uno lo sabía: “No podía salir sola del encierro porque sabía que tras la primera puerta había caseros, y policías y custodios armados. Todos sabiendo lo que estaba pasando adentro y cuidando las fronteras de él”, escribió.

Alperovich 

“Durante un año y medio, mi tío violentó mi integridad física, psicológica y sexual”, aseguró. Los hechos habrían sucedido entre diciembre del 2017 y mayo de este año. El vínculo que unía a la denunciante y a Alperovich era personal (el padre de la mujer es primo hermano del ex gobernador) y laboral (ella trabajó bajo su mando desde diciembre del 2017 hasta mayo de este año). La denuncia no fue solamente pública: fue presentada en la Justicia de Tucumán y en la de Capital Federal, los dos lugares donde habrían sucedido los hechos.

Perfil

En Tucumán, y también en los lugares que frecuentaba Alperovich en Buenos Aires, su trato hacia las mujeres era tema de conversación. Cada vez que aparecía una chica en una reunión de Gabinete, en un evento social o en recorridas territoriales, Alperovich siempre daba la nota: que si era linda, que si la pollera le quedaba bien, que si el escote resaltaba. El tono, siempre, como si fuera un chiste. Y, alrededor, un séquito de aplaudidores lo festejaba.

Quienes lo conocen, cuentan que Alperovich dispuso de todo como si fuera propio: desde las cajas públicas o los cargos estatales hasta las mujeres. En la provincia, las avanzadas y los comentarios fuera de lugar de Alperovich eran vox pópuli. “¿Quién garantiza que se investigue algo si tiene personas que trabajan para él en los tres poderes? Acá no habla nadie”, confesaba a NOTICIAS un periodista tucumano.

El caso de su sobrina se difundió mientras el ex gobernador vacacionaba en Miami, desde donde ensayó una primera respuesta. En sus redes sociales desmintió la acusación y reveló el nombre de la joven, que se mantenía en reserva. En un intento por mostrarse fuerte, afirmó que no iba a dejar su cargo en el Senado y que, a pesar de todo, planeaba asistir a la asunción de Alberto Fernández. Días después terminó por oficializar un pedido de licencia por seis meses, y el peronismo le soltó la mano.

por R.N.

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Alperovich  | Foto:CEDOC

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