Coronavirus en España: acusan a al presidente Pedro Sánchez de no consensuar sus decisiones para gestionar la crisis

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Lo acusan de haberse “cortado solo”. Desde que el fin de semana anunció que paraba aún más la economía de España para atajar la ola de contagios por

coronavirus, Pedro Sánchez lo está pasando mal.

Con más de 100 mil infectados sobre una población de 47 millones, España ya supera a Italia -el país europeo que registra la mayor cantidad de muertos por coronavirus- en cantidad de contagios por millón de habitantes: hay más de 2.000 casos positivos de Covid-19 cada millón de personas.

Los epidemiólogos, sin embargo, aplauden las medidas de confinamiento: aseguran que España está entrando en una meseta y que el porcentaje de crecimiento de contagios diarios descendió casi a la mitad en la última semana.

Pero a Sánchez, en el frente político, no le dan tregua.

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Lo critican las autonomías, por no haber consensuado la medida con ellas y haberlas notificado de que cerraba España -es decir, que cesaba hasta el 12 de abril toda actividad que no estuviera vinculada a la alimentación y a la sanidad- un día después de haberla anunciado a los españoles por televisión.

Lo critican los empresarios, por no haberlos consultado acerca del permiso obligatorio retribuido por el cual los trabajadores se quedarán en sus casas hasta después de Semana Santa, cobrarán su sueldo y luego devolverán a sus empleadores las horas no trabajadas.

Lo critica la oposición, que debe darle su apoyo en el Parlamento para el paquete de medidas económicas y sociales que el presidente Sánchez negoció con sus socios de Podemos en el gobierno para amortiguar la crisis de la era Covid.

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La tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados, la ultraderecha Vox, pide la dimisión de Sánchez y su gabinete.

Lo acusa de “negligente” y postula un gobierno de emergencia nacional que reemplace los 23 ministerios de la actual coalición PSOE-Podemos por cuatro: Economía, Interior, Sanidad y Defensa.

“El señor Sánchez y el señor Iglesias (Pablo Iglesias, líder de Podemos y uno de los vicepresidentes del gobierno) no han estado a la altura del desafío que supone esta grave pandemia -dijo Santiago Abascal, líder de Vox, quien presentó su programa Protejamos España-. Que se vayan a su casa, con sus abogados y que se preparen para defenderse ante los tribunales pero que permitan a los españoles salir adelante.”

El independentismo, por su parte, le recrimina a Sánchez “unilaterialidad” en las decisiones.

Los reproches al jefe del gobierno no se ahorran facturarle desprolijidades y falta de precisión: el real decreto que restringía aún más la movilidad de los españoles se publicó en el Boletín Oficial del Estado casi a medianoche del lunes, horas antes de que un día laboral, y eso creó confusión entre los trabajadores que no sabían si la nueva medida los afectaba o no.

La vida conyugal con Podemos, socios forzosos en la coalición de gobierno, tampoco es una luna de miel.

El populismo de Iglesias presiona para lograr, en estos tiempos frágiles, aprobar decisiones a su medida: mientras dure la pandemia no están permitidos los despidos, se suspenden los desalojos sin alternativa habitacional, y habrá moratorias en el pago de alquileres y cuotas de autónomos, entre otras.

“Con toda la prudencia y toda la humildad, creo que con medidas como éstas avanzamos en la dirección correcta. Sin duda, también habremos hecho cosas mal y habremos cometido errores. Y cometeremos errores —admitió Iglesias—. Y los ciudadanos, cuando pase todo esto, tendrán que juzgar el papel de cada uno. Pero en estas horas decisivas para nuestro país, es un deber para este Gobierno tender una vez más la mano a la oposición, con toda la humildad, para que se sumen y aporten sus ideas de forma constructiva al momento histórico que vive nuestra patria”.

Los partidos de centro-derecha comienzan a desmarcarse del apoyo parlamentario que, hasta ahora, brindaron a Pedro Sánchez.

El jefe de la oposición Pablo Casado, presidente del Partido Popular, ya señaló que la emergencia no es sinónimo de cheque en blanco.

Sánchez debe validar en el Congreso los decretos de alarma y de medidas económicas que aprobó en la intimidad de los Consejos de Ministros extraordinarios que convoca cada vez con más frecuencia. Se le va a hacer cuesta arriba.