La historia oscura del Sanatorio Antártida de los Moyano: inauguraciones "truchas" y lavado de dinero

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El presidente Alberto Fernández recorrió las instalaciones de Sanatorio Antártida, propiedad del Sindicato de Camioneros, que finalmente abrió sus puertas para la pandemia de coronavirus y en medio de la cuarentena

total. Hugo Moyano participó de la visita, algo que ya hizo en otras ocasiones ya que el edificio en pleno corazón del barrio de Caballito, ya tuvo varias inauguraciones anteriores, pero nunca llegó a funcionar.

El Sanatorio Antártida esconde una oscura historia, además de las inauguraciones fallidas, La refacción del lugar, como la operación de compra venta entre la Obra Social del gremio, es objeto de una investigación por lavado de activos en la justicia federal. A pesar de todo eso, las 300 camas del complejo se pusieron a disposición de la lucha contra el coronavirus.

El sanatorio, que quebró en 2005, fue adquirido por el gremio que conduce Moyano para dar servicios a los Camioneros. En 2009 se realizó la primera inauguración, pese a que nunca abrió sus puertas. En 2017 hubo un segundo corte de cinta con el mismo resultado final: el lugar no funcionó. Y en 2018 bajo la gestión de Mauricio Macri, llegó el tercer acto inaugural. Otra vez, las puertas quedaron tapiadas.

Todas esas esas inauguraciones fueron truchas o simuladas ya que nunca dio servicios a los afiliados a pesar de tener todo el equipamiento necesario. 

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El edificio cuenta con 14 pisos y la obra cubierta abarca 15.000 metros cuadrados, con capacidad para 300 camas. Entre sus servicios cuenta con: el área de Pediátrica, también Neonatológica, una Unidad de Terapia Intensiva sala de Preparto, Guardia Mécia, un área de Postoperatorio, un laboratorio de análisis clínicos, también de laboratorio de inmunohematología. Cuenta con resonador magnético, salas de rayos X, dos tomógrafos, entre otros aspectos.

Cuando la Obra Social de gremio realizó la venta del Sanatorio a Camioneros, Moyano ordenó una obra de refacción que estuvo a cargo de Aconra SA, así versa en una placa en el mismo edificio. La empresa constructora es propiedad de la familia Moyano. La esposa del camionero, Liliana Zulet, está al frente de la compañía. "Gracias a vos también, Liliana", le agradeció este miércoles en la última inauguración el Presidente.

Graciela Ocaña, referente de Cambiemos, fue la responsable de denunciar ante la justicia federal las presuntas irregularidades: la compra en 2005 fue por 10 millones de pesos en 2009  y la venta al sindicato por 334 millones de pesos. Los números están en la documentación adjuntada a una causa por lavado de dinero que tiene como foco principal a la obra de los camioneros.

La UIF denunció estos manejos bajo la sospecha de “irregularidades en la administración de los recursos” y apunta, precisamente, a operaciones por más de 200 millones de pesos que esa compañía -y otras dos del clan- realizaron con el gremio que hoy dirige formalmente Pablo Moyano. Esto incluía al Sanatorio.

El circuito es más amplio. Entre septiembre 2010 y marzo de 2011, hubo fondos de la Obra Social a una cuenta de Aconra Construcciones, cuya principal accionista es Valeria Salerno (hija de Liliana Zulet, cónyuge de Moyano), ingresaron fondos por $220.828.867,56.

De una muestra preliminar de 26 cheques por $105 millones que analizó la UIF, la totalidad fue librada por el Sindicato de Choferes de Camiones y firmado por Pablo Moyano, como secretario Adjunto. Según el informe al que accedió Clarín, la modalidad "se habría mantenido hasta la actualidad, atento que entre febrero y julio de 2017 se habrían registrado en la misma cuenta acreditaciones por un monto de $113 millones, de las cuales el 90% correspondería a Camioneros". Es decir, sólo tomando en cuenta esos dos períodos, unos 206 millones de pesos.

En la denuncia que tenía el juez Claudio Bonadio y ahora instruye Marcelo Martínez de Giorgi, se planteó que en función de los balances de la obra social y las empresas se observa “una serie de sociedades que llevan adelante operaciones comerciales que no tienen sentido económico y que en realidad llevan adelante una integración horizontal que traspasa fondos originados en tributos obligatorios de la salud y de los trabajadores a estas sociedades creadas al efecto de manejar los costos de las prestaciones y de traspasar, en una clásica operación de lavado, estos a su patrimonio personal dando apariencia de legalidad”.

La hipótesis en la investigaciónes, es que aquella diferencia en los costos de la operación, "se explica por dos maniobras. Una: para justificar la millonaria refacción que estuvo a cargo de Aconra, la constructora de Liliana Zulet, esposa de Moyano. Y dos: la necesidad de bajar el enorme déficit de la obra social", sostiene la denuncia..

Como informó Clarín en su momento, la obra social de Camioneros tiene un déficit de 1.263 millones de pesos. Esta diferencia entre el ingreso y el egreso se debe, entre otras razones, a que “el costo por afiliado supera en un 43 % al promedio de otras obras sociales”. Además el déficit responde a los sobreprecios por la compra por medicamentos “un 60 % más que el costo promedio del mercado”, se analizó en el expediente.

De acuerdo a los estados contables, la obra social cuyos balances están en “rojo” tuvo un ingreso millonario a raíz de la venta del Sanatorio Antártida, al Sindicato de Camioneros. En dicha oportunidad, Ocaña denunció una maniobra de “simulación y fraude”.