Coronavirus, racismo y desigualdad: la epidemia desnuda todas las miserias de EE.UU.

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Al principio era calificada como una enfermedad de “ricos”, que llegaba en avión de la mano de turistas y ejecutivos que volvían desde China o algún destino europeo.

Pero la realidad fue cambiando en Estados Unidos --hoy el país con mayor número de contagiados del mundo-- y es muy posible que este patrón se extienda por todo el continente y llegue a la Argentina. Si bien el coronavirus en principio parece atacar a todos, sin distinción de raza o posición económica, las primeras radiografías de las víctimas estadounidenses muestran que afecta desproporcionadamente a las comunidades más vulnerables, en este caso los afroamericanos y latinos.

La mayoría de los estados no han divulgado cifras con el foco en la raza de las víctimas, pero ya algunos lo han hecho y surgieron datos preocupantes, que pone en relieve las disparidades raciales, económicas y sociales que aún perduran en la primera potencia del mundo.

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Un análisis de The Washington Post mostró que los distritos que tienen una mayoría de población negra tienen tres veces más contagiados y casi seis veces más de muertos por coronavirus que los condados con mayoría de blancos.

En Louisiana, donde viven 4,6 millones de personas en el sur del país, el 70% de los muertos por coronavirus son negros, a pesar de que son el 32% de la población. En Wisconsin, un estado que tiene solo un 6% de afroamericanos y un 73% de los fallecidos por coronavirus son negros. Un patrón similar se vio en Chicago, Detroit y Nueva Orleans.

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Johns Hopkins University Infografía: Clarín

Los latinos, también

Lo mismo estaría sucediendo con los latinos. Nueva York publicó datos que revelan que el 34% de los fallecidos en la ciudad son hispanos, mientras que su peso en la población es del 29%. Los distritos de menores ingresos de la ciudad tienen una mayor incidencia del virus. Según datos de la semana pasada, había alrededor de 700 casos confirmados por cada 100.000 habitantes de Queens y 600 en el Bronx, frente a 376 de la más acomodada Manhattan. “La gente pobre paga el precio más alto”, dijo el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo.

El congresista Joaquín Castro, que es el presidente del Hispanic Congressional Caucus, manifestó su preocupación: “Sabemos que las comunidades de latinos son especialmente vulnerables porque tienden a no tener seguro de salud, tienen menor acceso al sistema de salud y solo uno de cada cinco trabajadores hispanos pueden trabajar desde sus casas”, apuntó.

Coronavirus en Estados Unidos



Johns Hopkins University Infografía: Clarín

Menos recursos

Consultado por Clarín, el sociólogo Douglas S. Massey, experto en Raza y Etnicidad de Princeton University explicó las razones para la mayor tasa de mortalidad por coronavirus entre los afroamericanos. Señaló que, comparados con los blancos, los negros tienen tasas más altas de diabetes, HIV, asma, obesidad y afecciones cardíacas, que aumentan el riesgo de muerte por el virus. Además, tienen tasas mucho más altas de encarcelamiento, y las cárceles son un caldo de cultivo concentrado para la infección. También viven en barrios más empobrecidos, con menos acceso a servicios de salud, y tienen ingresos más bajos que los blancos, por lo que son menos capaces de pagar los medicamentos y otras intervenciones de salud. Además, resalta que, comparados con la población blanca, los afroamericanos tienen niveles más bajos de educación y están menos informados sobre los riesgos para la salud y la naturaleza de las infecciones virales.

Massey señala que “en la medida en que otros grupos minoritarios compartan las condiciones mencionadas anteriormente, también serán más vulnerables a la infección y la muerte. Aunque en promedio los latinos son más saludables que los negros, por ejemplo, también tienen tasas más altas de encarcelamiento que los blancos, especialmente dentro del sistema de detención de inmigrantes, donde las condiciones se han deteriorado con la llegada de familias y niños de América Central”.

“Los pobres siempre sufren más que los ricos durante los períodos de crisis porque tienen menos recursos a los que pueden recurrir para reducir la probabilidad de infección, y una vez que están infectados tienen menos recursos para cubrir los gastos de la atención médica, incluyendo menos acceso a un buen seguro de salud, así como dinero para la compra de los medicamentos y tratamientos necesarios. Hay diferencias socioeconómicas en salud y bienestar en las últimas décadas en estas dos minorías (negros y latinos), ya que se ha gastado menos dinero para mantener bienes públicos como hospitales, clínicas y servicios de salud pública”, apunta Massey.

Racismo estructural

Juliet Hooker, profesora de Ciencias Políticas y experta en Raza y Multiculturalismo de la Brown University, dijo a Clarín que “la mayor tasa de mortalidad de Covid-19 entre los afroamericanos se debe a una serie de factores que son el resultado del racismo estructural” de Estados Unidos. Destaca que los negros tienen mayor índice de enfermedades crónicas que es “el resultado de mayores tasas de pobreza y racismo ambiental, que conduce a entornos más tóxicos en vecindarios minoritarios, así como menores tasas de acceso a la atención médica”.

Un mural afro-americano, en Chicago. / AP

Un mural afro-americano, en Chicago. / AP

Pero, además, la experta aporta otro dato inquietante: “El racismo también afecta la atención médica de las minorías, ya que los estudios han demostrado que los médicos tienden a minimizar el dolor y los síntomas de la enfermedad en pacientes afroamericanos”, señala.

Los afroamericanos y latinos también pueden ser empleados de manera desproporcionada en muchos de los sectores de la economía que continúan operando, como servicios de delivery, trabajadores de almacenes, empleados de supermercados, enfermería y otros servicios considerados “esenciales”.

“En el caso de los latinos, algunos enfrentan desafíos adicionales ya que los inmigrantes indocumentados tienen menos probabilidades de buscar atención médica y no son elegibles para ninguno de los beneficios de desempleo y otras medidas de alivio aprobadas por el Congreso”, señala Hooker.

La experta cree que “cuando se enfrentan a desastres naturales y pandemias, es común argumentar que ‘todos estamos juntos en esto’. Pero esta crisis ha puesto en evidencia las marcadas disparidades sociales, económicas y raciales en la sociedad estadounidense”. Y brinda otros ejemplos: “La mayoría de los trabajadores de la clase media ha podido trabajar desde casa, mientras que el aislamiento de los empleados de las tiendas de comestibles y los trabajadores de entrega y depósito (a quienes se les paga salarios muy bajos y no tienen licencia por enfermedad) es casi imposible”.

Además, la experta apunta a las disparidades a la hora de trabajar en casa. “El acceso a wifi y el espacio suficiente para permitir que varios miembros de la familia puedan teletrabajar y estudiar desde sus hogares también han revelado divisiones de clase severas”.

Un pasajero de subte usa una bandana y un barbijo en Nueva York./ AP

Un pasajero de subte usa una bandana y un barbijo en Nueva York./ AP

Las falencias en la seguridad social es otro punto que destaca Hooker: “Que Estados Unidos carece de una red de seguridad adecuada se ha vuelto innegable. La falta de licencia por enfermedad, beneficios por desempleo, acceso a servicios de salud que no están vinculados al empleo, acceso a hospitales para personas en áreas rurales han hecho que el impacto de la pandemia sea desigual”.

La principal autoridad sanitaria de Estados Unidos, Anthony Fauci, no esquivó la existencia de estas dramáticas radiografías y dijo que la pandemia “está trayendo a la luz lo inaceptable que son esas disparidades”. Sin embargo, agregó que “no hay mucho que se pueda hacer por ahora excepto tratar y dar a las minorías el mejor cuidado posible para evitar complicaciones”.

Washington, corresponsal