La empresa Avex Dánica, que el lunes había cerrado su planta de margarinas de Llavallol por una disputa gremial, anunció este sábado que reiniciará las actividades. Lo hará, aseguró, luego de la
intervención del Ministerio de Trabajo de la Provincia, el de la Nación y la Municipalidad de Lomas de Zamora, en el marco de un prolongado conflicto con el Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera (SOEIA).
"La producción se pone en marcha ahora con el compromiso de las autoridades laborales provinciales y nacionales de encauzar de manera urgente un procedimiento preventivo de crisis que había quedado paralizado por la falta de acuerdo con los dirigentes de SOEIA, en enero de 2020", indicó la empresa, propiedad del grupo cordobés Beltrán, en un comunicado.
Según indicó, "los gobiernos han comprometido el mejor esfuerzo para que en las próximas semanas se implementen medidas de asistencia crediticia, beneficios del Programa de Recuperación Productiva (REPRO) y un procedimiento preventivo de crisis ajustado a esta coyuntura, que permitan transitar la emergencia".
"La empresa reafirma su voluntad de diálogo y apela a la colaboración de todo el personal para la reorganización de turnos y funciones en el marco de esta grave emergencia que obligó a otorgar licencias preventivas a personal en grupos de riesgo".
En la planta de Llavallol trabajan 150 personas. El miércoles pasado, la empresa había argumentado que “el cierre de la planta tiene su origen en un desmedido reclamo salarial de los gremios de Federación Aceitera. Dichos gremios vienen exigiendo pautas salariales propias del mercado exportador que resultan inaplicables y excesivamente onerosas para la actividad que despliega Avex Dánica en el país. Se trata de demandas que hacen inviable la continuidad del negocio en las condiciones actuales”.
La trama del conflicto
Si bien la producción de alimentos, como en el caso de esta fábrica, está expresamente exceptuada del aislamiento, el contexto de la pandemia fue determinante para potenciar posiciones antagónicas que desencadenaron en la interrupción de las actividades.
Primero hubo rispideces por reclamos de los obreros sobre las condiciones de higiene. Y desde la empresa afirmaron que, una vez que se reorganizaron los planteles, al no poder contar con personas en situación de riesgo y con algunos padres de niños en edad escolar, se solicitó el cumplimento de actividades suplementarias. Pero algunos trabajadores no habrían accedido a trabajar de ese modo adicional.
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