¿El Coronavirus está tapando los problemas cardíacos?

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La frase parece anacrónica pero esconde una preocupación. “Los hospitales están inquietamente silenciosos”, retrata el director de un centro de salud de New Haven, en Estados Unidos. En el país con más

muertos por coronavirus​, donde los casos se suman de a miles por día, donde las medidas de prevención tardaron en aparecer y la economía cruje, allí hay hospitales despoblados. “¿Dónde están todos los pacientes que faltan?, ¿dónde han ido todos los ataques cardíacos?”, se pregunta el cardiólogo Harlan Krumholz y lo refleja en un artículo en The New York Times.

El coronavirus eclipsó al universo. El aislamiento se expande y las noticias a nivel mundial tienen un tema que domina la agenda. Aunque en ese escenario, detrás de la pandemia y a pesar de la pandemia, asoman más problemas.

Desde Estados Unidos se enciende una señal de alerta: los hospitales priorizan la atención de los casos de Covid-19 y evidencian una disminución notable de pacientes con patologías que antes eran habituales. “En tiempos normales nunca tenemos tantas camas vacías”, retrata Krumholz.

Allí (como acá) la capacidad de los centros de salud solía estar colmada. Los pacientes esperaban en camillas acomodadas a un costado de los pasillos y los médicos procuraban dar el alta lo más rápido posible para liberar camas y seguir con la rutina a tope.

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Lo que podría resultar un cambio auspicioso, en realidad presenta una inquietud: ¿por qué en Estados Unidos bajaron un 50% las admisiones por ataques cardíacos? El asunto es similar en España, donde la última semana de marzo las emergencias por problemas cardíacos se redujeron un 40% en relación a lo que sucedía antes de la pandemia.

Fernando Botto, especialista del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, confirma a Clarín que “en todos los hospitales de la Ciudad se está viendo el mismo fenómeno: bajaron notoriamente las consultas ambulatorias y a la guardia llega la mitad de los casos que llegaban antes”.

“Normalmente atajamos infartos todos los días –advierte-. Y no es que la gente ahora no se enferma. Estamos seguros de que ahora hay más infartos de lo habitual. Es más, estamos muy atentos esperando el pico de infartos y en la realidad diaria de los hospitales pasa todo lo contrario”.

La secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, destacó este sábado en el informe diario del Ministerio de Salud que en el país las camas de terapia intensiva están ocupadas en un 50% y remarcó que el sistema de salud "responde y no está saturado". En la misma línea, la presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), Rosa Reina, dijo que se trata de un dato alentador ya que “las ocupaciones de las camas de terapia intensiva normalmente son del 70 u 80%, hasta pueden alcanzar el 90%".

Las infecciones respiratorias suelen derivar en problemas en el sistema cardiovascular. Y en el caso del coronavirus se suman factores emocionales como el estrés, el miedo y la angustia que aumentan la posibilidad de infartos. “Lo vimos en situaciones grave como terremotos o guerras –remarca Botto-. En Argentina cuando fue la crisis de 2001 se multiplicaron los infartos. Nuestro organismo a veces no tolera las emociones intensas, sea positivas o negativas. En el fútbol, hay ejemplos comprobados: el día del partido Argentina-Inglaterra del Mundial '98 fue un pico de infartos en Londres, en ese caso por una emoción negativa por la derrota; en el Mundial 2006, con los famosos penales de Lehmann en la clasificación de Alemania contra Argentina, aumentaron los infartos en Múnich, ahí por una emoción positiva”.

Juan José Herrera Paz es jefe del servicio de Cardiología del Fleni. En diálogo con Clarín adelanta que el Instituto implementará servicio de telemedicina “para que la gente que no se anima a ir al centro de salud al menos se anime a consultar vía web”.

“Con los médicos hoy nos preguntamos ‘¿dónde están los ACV?’, ‘¿dónde están los infartados?’. Hay dos análisis posibles: el positivo, es que por el aislamiento la gente se cuide más, tenga cierta calma, se alimente mejor; pero al mismo tiempo vemos lo contrario, que comemos porquerías, que la cuarentena genera ansiedad, depresión”, analiza Herrera Paz.

Y marca un panorama que asoma preocupante: “Nosotros sabemos que el invierno es la temporada alta para los problemas cardíacos porque están ligados a la gripe y las patologías respiratorias. Lamentablemente en Argentina va a coincidir el pico del Covid-19 con el pico de infartos”.

Con la certeza de que los problemas cardiovasculares no disminuyeron pese a la notoria baja en las consultas, los especialistas coinciden en que la gente tiene miedo de ir al hospital y contagiarse coronavirus. Otros deciden esperar a ver si el dolor se va y hay quienes dejan de llamar a la emergencia para no colapsar el sistema de ambulancias y así darle prioridad a la atención de la pandemia.

“Algo tiene que quedar claro –subraya Botto-. Tanto el infarto como el ACV son patologías tiempodependientes. Si la gente llega con 20 horas de infarto es poco lo que se la puede ayudar”.

Sebastian Ameriso, jefe del Centro Integral de Neurología Vascular del Fleni, indica a Clarín que “cerca del 2% de la población mayor de 40 años en Argentina, unas 340.000 personas, ha sufrido un ACV y se estima que se producen más de 100 nuevos ACV por día”.

“Existen reportes de diversos centros asistenciales del mundo que alertan sobre una llamativa caída en el número de internaciones por infartos de miocardio y ACV durante el periodo de pandemia por coronavirus”, ratifica Ameriso.

Y detalla que en el Fleni si bien no hubo un cambio sustancial en el número de pacientes con eventos severos “lo que se ve de forma preocupante es un descenso importante de las consultas por episodios leves y especialmente por eventos transitorios (AIT) cuya consulta ha caído más de un 70%. Es imperativo que la población sepa que los hospitales continúan preparados y son seguros para atender las otras enfermedades graves y urgentes que nos afectan".

En Estados Unidos las estadísticas son contundentes: según indica el sitio especializado angioplasty.org, en Nueva York aumentaron un 800% las muertes por ataques cardíacos en los hogares. “Del 30 de marzo al 5 de abril se registraron 1.990 llamadas -cuatro veces más que en el mismo período en 2019- por pacientes con paros cardíacos, de los cuales 1.429 fallecieron”, subrayan.

“Te cuento un caso personal que es ejemplo de lo que estamos viviendo estos días en Argentina”, relata el doctor Botto. “Un paciente de 47 años me llamó a las 6 de la mañana para avisarme que había pedido una ambulancia por un fuerte dolor en el pecho. Le hicieron un electro, le dio normal y el dolor se le fue pasando. Cuando me relató cómo era eso que había sentido le dije que fuera a la guardia del Instituto, que prefería hacerle más estudios. Y él no quería, decía que tenía miedo de ir y contagiarse coronavirus… Finalmente fue y había sufrido un infarto. Por suerte está recuperado. El hombre trabaja en una empresa de construcción y durante 10 días estuvo hablando con sus empleados, viendo cómo seguir y de qué manera pagarles. ¿Esto tuvo que ver con el infarto? Sin dudas. Estas cosas están pasando. Por eso hay que decirle a la gente que si le duele el pecho o siente algo raro que consulte a su médico. El infarto y el ACV son las primeras causas de muerte en los mayores de 40 años. En argentina en 2019 murieron 100 mil personas por estas patologías. Son enfermedades que matan entre dos y tres veces más que el coronavirus”.