Dólar: Economía apura la flexibilización del "contado con liqui" para evitar otra disparada

Economia
Lectura

Es más que probable que esta misma semana el gobierno formalice una flexibilización de la operatoria cambiaria conocida como “dólar contado con liquidación”, tal como anticipó el jueves en el coloquio

de Idea el ministro de Economía, Martín Guzmán.

Lo que espera el mercado es que se vuelva al modo de operar vigente hasta el 15 de septiembre pasado, cuando las operaciones se podían finalizar en tres días (y no en cinco como hasta ahora) y los inversores “no residentes” tenían permiso para operar, no como ahora, que están excluidos de ese mercado.

Como se sabe, las restricciones no hicieron más que recalentar el mercado cambiario. El Contado Con liqui rondaba los $ 130 pesos el día anterior a las regulaciones de mediados de septiembre. Este miércoles llegó a $ 168 y cerró el viernes en $165, tal vez por efecto del anuncio de Guzmán.

Esa disparada del 30% en un mes reflejó el nerviosismo de los inversores que quieren pasarse de pesos a dólares, sobre todo de los no residentes. Las apuestas de los hedge funds era poder salir a un precio no tan alto comprando el bono en dólares ley argentina que prometió emitir Guzmán ni bien concluyera la operación de canje.

BANER MTV 1

El plan acordado con los grandes fondos, entre ellos PIMCO, era realiza tres licitaciones por un total de US$ 1.500 millones de dólares. El atractivo para PIMCO y otros fondos: el bono en dólares se podría pagar con letras y bonos en pesos emitidos por el Tesoro.

El desplome de los bonos del canje, que pasaron de rendir 11% anual a 15 o 16% anual, trastocó los planes. Habría resultado inviable tomar deuda nueva, encima en dólares, a esa tasa de interés, cuando la idea rectora del equipo económico es dejar de emitir deuda en dólares.

La cantidad de dinero de los que quieren salir por el “contado con liqui” fue dimensionada por las autoridades en una cantidad de pesos equivalente a 7.000 millones de dólares. En el mercado creen que la cifra es algo menor, pero igual impactante: 5.000 millones de dólares. Y no se trata solo de no residentes, sino de argentinos que quieren tener dólares, y tenerlos fuera del país.

Con la operatoria trabada, es decir sin liquidez, lo lógico es que el precio subiera, en un típico efecto puerta 12.

El otro motivo por el que Guzmán quiere una operatoria “contado con liqui” más relajada es porque el 21 de noviembre hay un mega vencimiento de deuda en pesos por cerca de 170.000 millones, equivalentes, hoy, a 1.000 millones de dólares. Además, vencen letras por otros $ 160.000 millones.

Si los dueños de esos bonos o letras en pesos, viendo la plata que llevan perdida por la disparada de los dólares alternativos, buscan salir del mercado de pesos por un CCL trabado, la cotización puede saltar aún más arriba. Una opción que baraja el mercado es atajar ese vencimiento con un nuevo bono dollar linked, es decir un bono en pesos pero ajustado por el tipo de cambio oficial.

Estos bonos son una cobertura para inversores institucionales y una apuesta para los que quieren “capturar” la devaluación o para una aceleración del ritmo devaluatorio. La semana pasada, Economía emitió un bono por el equivalente a 1.700 millones de dólares.

Economía y el Banco Central están convenidos de que con la nueva suba de tasas que establecieron desde el jueves, el mercado cambiario debería tranquilizarse. El proyecto de exenciones fiscales para determinadas operaciones en pesos, creen en el Gobierno, debería también a quitarle presión al tipo de cambio.

La visión oficial es que hay que atravesar dos meses duros hasta que a fin de año empiecen a llegar los dólares de la cosecha fina. Por ahora no están conformes con el volumen de dólares que liquidaron las cerealeras por las exportaciones de granos y derivados. El propio presidente Alberto Fernández se quejó.

Una a favor: el trigo tocó el viernes en la bolsa de Chicagoel precio más alto en casi seis años. El Gobierno, igual, lucha con el escepticismo del mercado en general y de los productores de granos en particular: la brecha entre el dólar oficial y el paralelo es una invitación a no venderle los granos a las cerealeras. Prefieren sentarse a esperar esa devaluación que Alberto Fernández y Martín Guzmán negaron esta semana.