El mundo tiene un nuevo automóvil más rápido que todos los demás

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El 10 de octubre, el Tuatara de SSC registró una velocidad promedio de 508,73 km/h por un tramo de 11,27 km de la autopista 160 de dos carriles a las afueras de Las Vegas. El resultado superó, por un amplio margen, dos altas marcas establecidas el año pasado por el prototipo en preproducción Chiron de Bugatti (490,47 km/h) y otra de Koenigsegg Agera RS establecida para autos de producción en 2017 (447,18 km/h).

Oliver Webb, el inglés de 29 años que condujo el Tuatara, alcanzó 484,53 km/h en su primera carrera y 532,93 km/h en su segunda carrera en la dirección opuesta. El promedio de esos tiempos contará como el tiempo más rápido oficial. El evento récord fue verificado por dos testigos sancionados por Guinness World Records.

En un correo electrónico sobre la carrera, el fundador de la compañía, Jerod Shelby, la caracterizó como una victoria al estilo de David contra Goliat.

“La gente puede mirar a SSC y preguntar si pertenecemos al ámbito de los hipercarros, con competidores tan fuertes”, dijo. “Este récord es muy bueno, sabiendo que nuestra pequeña organización acaba de lograr algo que marcas mucho más establecidas, con equipos de ingeniería y desarrollo mucho más grandes y, obviamente, presupuestos más grandes, no han podido lograr.

“Este éxito tiene un sabor aún más dulce cuando llevemos la noticia de esta victoria a nuestro estado natal de Washington, donde solo habíamos soñado con esto cuando comenzamos esta empresa en un garaje”.

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Ventaja: Oscuridad

SSC se encuentra entre los fabricantes de automóviles más desconocidos del mundo. Formada en 1998 y con solo 24 empleados, la empresa privada se llamaba anteriormente Shelby SuperCars Inc., lo que inspiró su nombre actual. Jerod Shelby, un ingeniero que cofundó una empresa de dispositivos médicos a principios de la década de 1990, no está relacionado con el empresario automotriz Carroll Shelby, que apareció en la película de 2019 Ford vs Ferrari.

A diferencia de otras compañías que intentan récords como Bugatti, Koenigsegg y Lamborghini, que se basan en series de producción profundas, historias profundas y bolsillos profundos, SSC no cuenta con un grupo automotriz grande y de apoyo y reclama volúmenes de producción minúsculos. Solo se fabricarán 100 Tuatara, a un ritmo de aproximadamente 20 por año.

La pequeña huella de su marca es un activo, dice Shelby: durante la fase de diseño y desarrollo del Tuatara, los empleados de SSC pudieron tomar decisiones y cambiar de rumbo en tiempo real cuando los resultados de las pruebas requerían cambios de diseño. Las organizaciones más grandes pueden quedar atrapadas en semanas y meses de maniobras burocráticas para tomar una simple decisión de diseño.

“Muchas veces, cuando hemos observado algo durante las pruebas del mundo real de un Tuatara que requeriría un cambio de diseño en un componente o ensamblaje para lograr un mayor rendimiento, literalmente reunimos el equipo de diseño y desarrollo, tomamos una decisión y diseñamos nuevamente componentes que se fabrican en una máquina en cuestión de horas”, dijo Shelby por correo electrónico. “Teníamos piezas nuevas y terminadas en la carretera que se estaban probando en el carro al día siguiente”.

Con el nombre de un lagarto nativo de Nueva Zelanda y diseñado por Jason Castriota, quien ha diseñado para Pininfarina, el Tuatara parece una versión más curvilínea de su reptil homónimo: tiene un frente bajo y puntiagudo con faros en ángulo que parecen ojos; un solo limpiaparabrisas que evoca el tercer ojo del Tuatara animal; y una parte posterior con salidas de aire que parecen branquias. Debajo del capó, cuenta con un motor V8 biturbo de 5,9 litros que genera 1.750 caballos de fuerza en el E85 y 1.350 caballos de fuerza en el de 91 octanos. Viene con una transmisión de siete velocidades y pesa poco más de 2.700 libras. Se necesitó 10 años, y varios millones de dólares, para desarrollar completamente el automóvil, dice Shelby.

Un auto SSC anterior alguna vez tuvo el título del más rápido del mundo: en 2007, Guinness World Records certificó al SSC Ultimate Aero como el auto de producción más rápido del mundo después de que promediara una velocidad máxima de 412,28 km/h en dos carreras en direcciones opuestas.

“Apenas lo estamos asimilando”, dice Webb, nacido en Manchester, por teléfono desde Inglaterra. Cuando no establece récords mundiales en Nevada, participa en carreras de resistencia como las 24 Horas de Le Mans y el Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA. “Para ir rápido, en línea recta, todo es entrenamiento mental, no físico. Comí comida rápida toda la semana. Si preparas el auto correctamente, es principalmente respiración meditativa y mantenerte muy tranquilo y estable; es después cuando la gravedad de lo que has hecho te afecta”.Ahora, dice Webb, “para cualquiera que conozca la física de lo que es posible y lo increíble que es hacer algo como esto, es un momento [Neil] Armstrong”.

El beneficio halo permanece

SSC no puede reclamar el “efecto halo” que implica el éxito de un automóvil que llama la atención sobre los otros productos de una marca –una de las razones principales de estas pruebas de velocidad–, pero romper el récord traerá beneficios. La hazaña de velocidad de Bugatti se estableció en un prototipo de preproducción, mientras que los fanáticos de SSC saben que pueden comprar un automóvil exactamente como el Tuatara que alcanzó la máxima velocidad: el récord se estableció en un automóvil de un cliente sin modificaciones especiales ni exenciones, hasta el asiento de fibra de carbono estándar en el interior, y sin jaula antivuelco adicional. El automóvil utilizó Michelin Pilot Sport Cup 2, los neumáticos estándar de los clientes.

“Ahora que tenemos este primer récord, no se puede discutir que estamos negociando en la misma moneda que nuestros competidores de hipercarros”, dice Shelby. “El rendimiento, no la historia, es nuestro pedigrí”.

Sin embargo, es posible que aparezcan nuevos modelos. Durante tres años, Shelby ha estado planeando un “hermano pequeño” para el Tuatara, una versión reducida producida en mayores volúmenes y a un precio más bajo.

“Tendrá un ADN muy similar al Tuatara, pero sería de aspiración natural y tendría caballos de fuerza en el rango de 700-800”, asegura Shelby, y estima un precio de US$400.000 a US$500.000. “El hermano pequeño del Tuatara permitirá que más personas posean un automóvil que se ve y suena como su hermano mayor con un récord mundial”.

Mejor aún, el “hermanito” vendrá a una fracción del precio. El Tuatara comienza en US$1,9 millones. La primera serie de producción de 12 unidades para 2021 ya se ha vendido.