Simeone se reencuentra con Lucas, su «dolorosa pérdida»

dolorosa que la de Griezmann», dijo a finales de 2019 en El Larguero. Y no es para menos. Acostumbrado a dar la alternativa a todo aquel que asome la cabeza con insistencia desde el filial, Simeone vio en Lucas una mina para apuntalar la zona en la que se fundamenta buena parte de sus éxitos como rojiblanco: la defensa. Como suele ser habitual con estos chicos, la oportunidad le llegó en Copa del Rey, en el partido contra L’Hospitalet de diciembre de 2014. Aquella temporada, con apenas 18 años, solo apareció en tres encuentros más, aunque uno de ellos con pedigrí. También en Copa, fue titular en la ida de los octavos frente al Real Madrid, y no se amilanó ante James, Bale, Cristiano y compañía. El Atlético ganó 2-0. Aquel día fueron muchos los que abandonaron el Vicente Calderón preguntándose quién era aquel joven. «Nunca sueñas con estos grandes partidos, siempre empiezas con lo más pequeño», diría. «Me gustan los jugadores que se nota que están en el campo», comentaría Simeone. Su historia acababa de empezar. La temporada siguiente, Lucas se dejó ver más sobre el campo. Aprendía junto a Godín, quien ya ejercía de veterano, Savic, fichado aquel verano de 2015, y Giménez, que también empezaba a despuntar. Aquella campaña fue la de la final de la Champions de Milán, cuando el Atlético dejó por el camino al Barcelona… y al Bayern, actual equipo de Lucas. En la eliminatoria contra los azulgranas fue titular en ambos partidos, no así contra los alemanes. En la final, contra el Real Madrid, apenas disputó unos minutos de la prórroga por el lesionado Filipe Luis. Aquella derrota en los penaltis se le quedaría grabada, tal y como confesaría después en ABC. ¿Su mejor momento? «Cuando nos clasificamos para la final de la Champions hace dos años». ¿Y el peor? «Cuando la perdimos». Titular en el Atlético En la 2017/18 terminó por consolidarse en el Atlético, y un año después, Lucas era una realidad. Uno de los mejores en su puesto. Conquistó por fin un título de rojiblanco, la Europa League, y logró lo que muchos nunca consiguieron: ser campeón del mundo con su país. Aquel verano, en plena concentración de Francia, Miguel Ángel Gil Marín y Andrea Berta viajaron hasta allí para cerrar, entre otras cosas, su renovación. También la de su compañero Griezmann y el fichaje de Lemar. Desgraciadamente para el jugador, en la que iba a ser la temporada más ambiciosa del Atlético, las lesiones le impidieron tener continuidad. A finales de 2018 dejó de jugar y apenas reaparecería en un par de partidos más. Para entonces, su fichaje por el Bayern de Múnich estaba cerrado. Simeone perdía a uno de su tótems, quien le aseguraba cualidades tan demandadas en un defensa como la velocidad o el poderío aéreo. Además, su polivalencia le servía para cubrir el central y lateral izquierdo indistintivamente. Nuevos retos en Múnich Ochenta millones fueron los responsables de llevar a Lucas a Alemania. Después de más de una década de rojiblanco, daba por finalizado su periplo en el «club de su vida» y se embarcaba en el del rey de la Bundesliga. Sin embargo, de nuevo las lesiones le impidieron mostrar todo su talento. Así, quien estaba llamado a ser el central titular apenas disputó 25 encuentros en tres competiciones, un balance muy pobre teniendo en cuenta la expectativas sobre su figura. Esta noche, en cambio, Simeone se reencontrará con un futbolista muy similar del que se despidió. Su entrenador, Hans-Dieter Flick, le ha dado la titularidad en los últimos partidos y Lucas, respetado por las lesiones, está respondiendo. Ayer, en la previa, le preguntaron por su salida, sus recuerdos y, cómo no, Simeone: «El Cholo es uno de los mejores del mundo. Siempre lo he dicho y siempre lo diré. Desde que empecé me dio la confianza de asentarme con ellos y me dio la posibilidad de jugar partidos. Siempre le estaré agradecido». Pero ahora, el fútbol dicta que se tendrá que medir tanto a él como a «su Atleti»: «Salí en busca de otros objetivos, quería cambiar mi vida en Madrid. Son decisiones que uno toma en la vida. No me arrepiento. Estoy en un gran club. Ha sido un año complicado pero este año he empezado bien. Le tengo un grandísimo cariño al Atlético, es el club que me lo ha dado todo y tengo mucho cariño y respecto, pero arrepentirme no».