En el centro de la escena

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De aquel pibe que deslumbró en Embalse con “Los Cebollitas” en los Juegos Evita de 1973 al DT de Gimnasia y Esgrima La Plata que fue homenajeado en el Estadio Kempes el año pasado. La vida de Diego Maradona, que el 30 de octubre cumplirá seis décadas, tiene a Córdoba como una referencia inevitable, llena de historias –algunas más conocidas y otras casi olvidadas- que forman parte del patrimonio deportivo provincial.

Maradona tenía 15 años cuando debutó como profesional frente a Talleres el 20 de octubre de 1976 en la cancha de Argentinos Juniors y en el marco del Campeonato Nacional. La revancha de ese partido, siete semanas más tarde, hizo su estreno en Córdoba como jugador de primera: fue el 8 de diciembre en La Boutique de barrio Jardín y “el Bicho” fue goleado 5-0.

El 20 de marzo de 1977 se presentó por primera vez en el interior provincial: 0-0 en una visita amistosa de Argentinos Juniors al Estudiantes de Río Cuarto que dirigía Antonio Rattín.

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FOTOS: CEDOC PERFIL

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Ese mismo año, en el feriado del Día de la Bandera, el equipo de La Paternal, con su incipiente estrella, se presentó en la cancha de Las Palmas y venció 1-0 al elenco local, que por entonces militaba en la Primera B de la Liga Cordobesa de Fútbol.

Tarjeta roja, camiseta celeste

Un año después de su estreno por los puntos en Córdoba, el 8 de diciembre de 1977, Maradona pisó el césped del Gigante de Alberdi en una tarde para el olvido: Argentinos Juniors cayó 2-0 ante Belgrano y él recibió la primera tarjeta roja de su carrera.

En 1978 Maradona tendría su tercer 8-D consecutivo en La Docta, esta vez jugando un encuentro de preparación entre el seleccionado argentino juvenil y un combinado local.

Con la mayor de Argentina Diego debutó en “el Chateau” el 9 de mayo de 1979 y marcó dos goles en el 5-2 ante el elenco de la Liga. Aquella tarde compartió equipo con José Omar Reinaldi, quien en vísperas de la Navidad siguiente fue su rival, en carácter de refuerzo, en un Alumni-Argentinos que se jugó en la Plaza Manuel Ocampo de Villa María y que los porteños ganaron 5-2.

Un ensayo internacional del representativo albiceleste que dirigía César Menotti también forma parte del historial de Diego en Córdoba: 5-0 a Suiza, con dos tantos suyos, el 16 de diciembre de 1980.

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FOTOS: FINO PIZARRO

La experiencia de Maradona como futbolista en nuestra provincia registra otros dos juegos oficiales con las camisetas de Argentinos Juniors (0-0 vs. Talleres en 1980) y Newell`s (0-1 vs. Belgrano en 1993). También un par de experiencias curiosas.

El 10 de julio de 1986, a pocos días de haberse consagrado campeón mundial en México, jugó para Belgrano un encuentro ante Vélez que terminó 1-1 y que incluyó el yerro de un penal en el arco de la vieja Popular Norte.

El 12 de octubre de 1992, ante el Boca B del uruguayo Oscar Tabarez, se presentó con el Sevilla que dirigía Carlos Bilardo y tenía en su plantel a Diego Simeone, actual DT del Atlético de Madrid, y Davor Suker, hoy presidente de la Federación Croata de Fútbol.

La “10”, el buzo y los guantes

Luciendo la emblemática casaca “10” de Boca, el astro de Villa Fiorito jugó cinco veces en el estadio mundialista cordobés: cuatro en 1981 –triunfo y empate contra Instituto y derrota frente a Talleres por los puntos, y victoria amistosa ante Belgrano- y en la despedida triunfal -1-0 frente al Pirata- del 28 de octubre de 1995.

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FOTOS: CEDOC PERFIL

Las visitas de Maradona incluyen su paso como DT de Argentina en el 2-0 ante Ghana de 2009, el partido homenaje a su “compadre” Daniel Valencia en 2000 y eventos solidarios con figuras del deporte como el tenista David Nalbandian, el piloto Marcos Ligato, el basquetbolista Marcelo Milanesio y el boxeador Santos Laciar (hicieron una exhibición en 1996).

También un acondicionamiento físico en Icho Cruz en 1997, antes de su último regreso a Boca, que concluyó con una conferencia de prensa en la que cantó la zamba “A Jardín Florida” con el grupo folklórico Los del Suquía.

Entre las historias que entrelazan a Maradona y Córdoba también hubo dos frustrados intentos de compra de su pase.

El entrenador Pedro Marchetta le echó el ojo cuando lo vio jugar con 13 años en Embalse, donde tenía la concesión de los comedores de los hoteles. Y fue en el lobby del viejo Hotel Crillón donde Amadeo Nuccetelli, histórico presidente de Talleres en los 70/80, trató de seducir a su par de Argentinos Juniors, Próspero Cónsoli, poniéndole un cheque en un bolsillo del saco y lanzándole esta frase: “Quiero a Maradona en Talleres. A la cifra ponela vos”.